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sábado, 3 de julio de 2010

MUNDIAL SUDÁFRICA 2010 - URUGUAY es una fiesta


Todos están puertas afuera festejando. Estoy solo en la casa mientras el televisor suena a nadie a lo lejos y los ruidos de la calle son de bocinas que se entreveran con los gritos de la gente vivando el nombre del país. Estoy solo y a la vez acompañado por la alegría de un pueblo que da rienda suelta a los nervios acumulados al cabo de 120 minutos de juego incesante y de una tanda de penales. Estoy solo y sin embargo en compañía del sonido ensordecedor que me envuelve, sabiéndome parte de una locura colectiva que abarca a todos, sin distingos de ninguna clase. Momentánea insanía plenamente justificada, sabrosamente justificada, porque volvimos a ganar a la uruguaya, sufriendo hasta el último minuto. Lo que cuesta vale, y cuando se alcanzan los anhelos tanto tiempo postergados la emoción sale a raudales y corre vertiginosa y bullanguera por las avenidas de las ciudades y también por callecitas de tierra de los pueblos del interior más profundo, por las plazas, parques, por cualquier lugar espacioso, generoso para dar cabida a tamaña catarsis colectiva. No es para menos, después de 40 años la selección nacional está entre las cuatro mejores del mundo.

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