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martes, 6 de julio de 2010

RETO COMPLICADO : Holanda en el camino de Uruguay

Seguramente -o no, quién sabe; a veces se pierden las perspectivas, o algunas referencias, por imperio de la distancia- en Uruguay habrá comenzado un debate.

Si lo hay es de relevancia si se quiere secundaria ante lo que ha conseguido "La Celeste" en el Mundial de Sudáfrica, en el sentido de si hay que darse por cumplido con que la selección se haya colocado entre las cuatro mejores del mundo, como hace 40 años que no lo lograba, o si ese supuesto conformismo -al que uno llamaría realismo, lo que no quiere decir que no piense que el elenco dirigido por Óscar Tabárez no puede llegar todavía más alto- no está emparentado con esa gloriosa historia del fútbol uruguayo que, precisamente, este grupo de jugadores y técnicos celestes ha reivindicado, por más que ellos mismos advirtieron que no era lo que específicamente se planteaban.

Por encima de todo eso, lo concreto es que en ese increíble viaje que ha realizado Uruguay hacia su propio pasado aquí en Sudáfrica, hoy los celestes van a ser protagonistas de una instancia que -bajo otras estructuras- hace 60 años no se daba y, quizá, hasta más: igual que en los Juegos Olímpicos de 1928 en Ámsterdam, procurarán llegar a la final dejando por el camino a Holanda.

Siguiendo el programa de historia que la selección actual ha reimplantado, lo primero que corresponde establecer es que, si en aquella ocasión cuando el fútbol europeo era otro, no tan desarrollado, y Uruguay era representado por la que, indudablemente, sigue siendo la generación más gloriosa de todas las épocas en el fútbol uruguayo, no es difícil comprender que la parada de hoy para el equipo que tan bien ha dirigido el maestro Tabárez no aparece como fácil, sino todo lo contrario; como, en definitiva, se supone que debe ser una semifinal de un Mundial, en todos los tiempos, no sólo en los días actuales: complicada.

Igual, aunque el desgaste físico -y también mental, sobre todo por el estrés acumulado en la "remontada" del partido con Corea y el alargue y los penales frente a Ghana- que han realizado los celestes ha sido muy grande, como se vio en forma incontrastable en el rendimiento de Diego Pérez en el cotejo contra los africanos, el ánimo y la convicción están muy altos y eso puede ser muy importante.

Es más, Holanda es un equipo fuerte, duro, potente, pero futbolísticamente tiene un estilo más latino, tal vez, con algo más de pausa, que quizá pueda servir para disimular y hasta sobrellevar esa mochila que a esta altura del Mundial están cargando los futbolistas uruguayos.

Eso sí, los holandeses cuentan con individualidades que -como lo mostraron no sólo frente a Brasil, sino también en los partidos que jugaron antes- tienen mayor riqueza técnica y, sobre todo más clase, que Corea y Ghana.

Es decir, esta no es la "Naranja Mecánica" del 74, es hasta muy previsible por pasajes, pero de mediacancha hacia adelante tiene individualidades como Robben y Sneijder, que son desequilibrantes; que pueden desestabilizar al rival y hasta liquidar un partido a su favor con una sola jugada.

LAS VENTAJAS. Frente a ese adversario, entonces, que no es inalcanzable, pero sí duro, esquemático y muy trabajado para defender con la mayoría de sus hombres la invulnerabilidad de un arco que, al igual que el de los celestes, ha caído en pocas oportunidades, Uruguay tiene otra prueba importante de historia.

A ella, lamentablemente, acude dando algunas ventajas. Una es la del desgaste físico señalado antes, al que Tabárez parece haber apuntado al asistir a los trajinados Diego Pérez y Arévalo Ríos con la inclusión de Walter Gargano en el mediocampo. Otra es la de Diego Lugano, porque -como ocurrió ante Brasil- Holanda se hace fuerte en el juego de alto, aunque Mauricio Victorino y Diego Godín tienen atributos como para sustituir al capitán en ese plano.

Y una última es, en forma incuestionable, la ausencia de Luis Suárez: más allá de que lo que puede representar -futbolística y sicológicamente- para los rivales que sea el goleador del fútbol holandés, no se puede dejar de lado que el salteño ha anotado casi el 50% de los goles que hizo Uruguay en el Mundial.

No es poco. Más aun, es tanto que si la selección logra disimular su falta, tiene posibilidades ciertas, reales, de volver 82 años atrás -por lo de la semifinal de Ámsterdam- en el glorioso pasado del fútbol uruguayo.

Y así, entonces, abrir un nuevo debate, en el sentido de si hay que darse por cumplidos con lo que sería tamaña hazaña o si, en cambio, habría que hacerlo sólo si los celestes son campeones mundiales.

Marca

Uruguay no tendrá a Diego Lugano en el área y eso supone, pese a la capacidad de Godín y Victorino en el juego aéreo, una ventaja para los holandeses por su fortaleza.

Generación

Se dependerá de las proyecciones que pueda hacer Álvaro Pereira por la izquierda y de las incursiones que tengan Diego Pérez o Maximiliano Pereira por derecha.

El ataque

La ausencia de Luis Suárez será cubierta por Edinson Cavani, quien subirá metros en la cancha. El jugador del Palermo tendrá la oportunidad de ratificar su clase.

Las cifras

4 Partidos han disputado a lo largo de toda la historia las selecciones de Uruguay y Holanda.

3 Victorias suman los celestes ante los holandeses, que ganaron el otro cotejo restante.

2-0 Fue el resultado a favor de Holanda en el único partido que enfrentaron a los celestes en mundiales.

6 Goles le anotó la Celeste a la Naranja en sus enfrentamientos. El equipo uruguayo recibió tres tantos.

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