Los hombres se dirigían a una mezquita cercana. La sentencia considera probado que el condenado se interpuso en su camino sin motivo alguno. Les cerró el paso, se dirigió a ellos y empezó a increparles en tono despectivo. "¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te vas a tu país?", dijo a uno de los inmigrantes y se lanzó a propinarle navajazos en la cabeza y el tronco.
La sentencia ilustra que Pérez no mató a la víctima por la intervención de otras personas que se encontraban en la calle durante los hechos. Estos relataron que el imputado insistió en la intención de quitarle la vida al desconocido incluso después de que le propinara varios cortes en la cara. Con la víctima ya herida, el agresor siguió amenazándole con el arma blanca y luego le clavó la navaja en una zona próxima a la laringe, causándole una incisión de cinco centímetros de profundidad.
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