.

.

domingo, 13 de junio de 2010

Vuvuzelas: un calvario ex profeso para jugadores e hinchas rivales


"Las vuvuzelas son insoportables, no paran nunca", subrayó ayer el aficionado australiano Darren, de 28 años, venido a Sudáfrica para apoyar a los "Socceroos".

"Tal vez sea el punto de vista de un extranjero, pero es demasiado. Vi el Uruguay­Francia en un bar y no pararon. Deberían cantar. Yo no me iré de aquí con una vuvuzela en mi maleta", señaló.

"¡Nos estáis destrozando los nervios!", se revolvía este sábado el periódico popular "Bild" de Alemania, donde las autoridades prohibieron las famosas trompetas de plástico en lugares públicos reservados a los aficionados que siguen el Mundial con pantallas gigantes.

Las grandes televisiones alemanas se llegaron a preocupar por el hecho que las explosiones sonoras de las vuvuzelas pisaran los comentarios de los enviados especiales.

Para diario español "As" las vuvuzelas son la prueba de que el ser humano tiende a hacerse la "vida imposible".

Otro diario deportivo español, "Marca", consideró que el ruido de las vuvuzelas atravesaba el cerebro como si fuera un "taladro".

En Italia, el diario "Repubblica" reveló con humor la solución del seleccionador danés, Morten Olsen: apagar su prótesis auditiva. Para el "Corriere della Sera", las "vuvuzelas son ruidosas pero son una expresión de felicidad".

El Comité Local de Organización del Mundial se defendió este sábado ante éstas reacciones diciendo que las vuvuzelas son el símbolo del torneo.

Durante la Copa de las Confederaciones, disputada en junio de 2009 en Sudáfrica, la Federación Internacional del Fútbol (FIFA) defendió el objeto que por aquel entonces también generó polémica, señalando la "cultura del ruido" durante los partidos en Africa.

"Para mí no es tan ruidoso, es excitante", mantienen Louisa Sentsho, de 32 años, vendedora en una tienda en Johannesburgo. "Soplamos en nuestras vuvuzelas para apoyar a los 'Bafana Bafana', eso nos une. Que los que no las quieran escuchar se ponga tapones para las orejas", añadió.

"Es nuestra manera de motivar a nuestros jugadores, expresar nuestra felicidad", resume Sazi Mhlwatika, de 23 años.

"Sin vuvuzelas, no hay partidos, así son las cosa en Sudáfrica. En el extranjero, se canta desde el primer minuto. Nosotros soplamos en nuestras vuvuzelas. Yo lo prefiero a cantar", dijo.

No hay comentarios: