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viernes, 18 de junio de 2010

La ciudad de Nueva York declara la guerra a las ratas que viven en el metro

La ciudad de Nueva York volvió a declarar la guerra a las ratas que pueblan el metro de la ciudad desde que éste se inaugurara hace ya más de cien años, después de descubrir que no viven en los túneles de los trenes sino en las propias estaciones.

"Me siento muy optimista sobre la posibilidad de que podamos controlar las ratas del metro. Nunca llegaremos a cero, pero sí podemos lograr que se conviertan en algo ocasional, en lugar de habitual", aseguró hoy en la prensa local Robert Corrigan, del Departamento de Salud de Nueva York.

Bajo su coordinación, las autoridades locales acaban de difundir los resultados iniciales de un estudio que se ha realizado durante los dos últimos años para determinar exactamente dónde viven estos roedores y qué costumbres tienen.

Para ello, se han observado los túneles de 18 estaciones de metro de la zona sur de Manhattan y se ha determinado que cerca de la mitad de las líneas son "un imán para las ratas", ya que están llenas de basura y de agujeros ideales para servir de cobijo a los roedores.

Aunque las autoridades no han querido identificar de qué estaciones se trata, esta noticia no es una sorpresa para los neoyorquinos, que están acostumbrados a ver a las ratas pasearse por las vías por las que circulan los trenes del suburbano e incluso por los parques de la ciudad, especialmente por las noches cuando llega el buen tiempo.

"Es un mito lo de que todas las estaciones del metro de Nueva York tienden a tener ratas", afirmó Corrigan el martes ante el Consejo de Salud de la ciudad, en una reunión en la que explicó los resultados del estudio y abogó por cambiar de estrategia para luchar contra estos roedores.

En ese sentido, defendió que "si no hay comida, no hay ratas, es así de simple", por lo que apostó por limpiar más a menudo las estaciones.

Además, consideró recomendable sellar a prueba de ratas las puertas de las salas donde se guardan las bolsas de basura a la espera de ser retiradas, ya que es donde más acuden los roedores en busca de alimentos.

En la actualidad, la principal estrategia para combatir la presencia de estos animales, que tanta repugnancia despiertan entre los ciudadanos, consiste básicamente en poner trampas con cebos en las vías, pese a que, según lo descubierto en este estudio, las ratas no viven ahí.

Además, esas trampas requieren grandes inversiones y atraen aún más a los roedores, al tiempo que los trenes terminan destrozándolas y desperdigando los cebos por los túneles.

El estudio ha desvelado que no es cierta la popular creencia de que las ratas viven en grandes poblaciones en los túneles del sistema de transporte, escondidas a muchos metros bajo tierra, sino que en realidad viven dentro de las propias estaciones, en sus paredes, y salen a través de sus grietas para buscar comida.

Por ello, tampoco funciona la estrategia de electrificar los rieles ni ninguna otra que se haya probado hasta el momento, según recuerda el miércoles The New York Times, que ha pedido a sus lectores que envíen fotos tomadas en el metro de la Gran Manzana de estos "ágiles y diabólicamente inteligentes mamíferos que por siglos han logrado zafarse del exterminio".

"Los viajeros insisten en comer, beber y tirar basura en las estaciones, dejando migajas y restos que, a ojos de una rata, son una clara invitación a sentirse como en casa", resume el diario

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