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miércoles, 27 de enero de 2010

Otro temblor de tierra; decenas de miles trasladados

"No logramos acostumbrarnos a los seísmos. Con cada temblor es la misma angustia, todo el mundo tiene miedo", confía Edison Constant, comerciante en el centro de la ciudad, que sintió el temblor a las 6.16 (11.16 GMT).

El Instituto Geofísico estadounidense (USGS) evaluó la intensidad del temblor en 4,4 sobre la escala de magnitud de momento (Mw). Algunos habitantes de Puerto Príncipe y periodistas de AFP habían sentido otra réplica unas horas antes, hacia las 5.00 (10 GMT).

Desde el gran terremoto de magnitud 7 que asoló Haití el pasado 12 de diciembre, más de cincuenta réplicas han agitado la capital. La más fuerte alcanzó la magnitud 5,9 el pasado 20 de enero.

Al borde del ataque de nervios, los haitianos han aprendido a reaccionar ante los temblores.

Por precaución "dormimos afuera", explica Jeanne-Marie Rose-Myrna, una habitante de la región.

Cada vez que ocurre "decido en el momento si salgo o no", explica Julien Louis, un vendedor de chatarra de la periferia de Petion-Ville. El martes por la mañana "me metí debajo de la cama", dijo a AFP. Dos semanas después del terremoto, las autoridades haitianas estiman que el número de muertos puede ser de al menos 150.000, sin contar los cadáveres que aún se encuentran bajo los escombros.

El gobierno haitiano quiere desplazar a centenares de miles de damnificados por el sismo hacia el interior del país, un plan recibido con indiferencia o recelo por una población desorientada.

Un millón de personas se quedaron sin hogar hace dos semanas y más de 235.000 ya abandonaron la capital, donde se concentraba aproximadamente el 60% de la riqueza del país.

Los parques de Puerto Príncipe fueron tomados masivamente por los refugiados, pero mucha gente duerme también ante sus casas, en plena calle, sin querer perder de vista sus pertenencias. Los damnificados "deberán abandonar los campamentos", afirmó el lunes el ministro de Salud haitiano, Alex Larsen, quien advirtió del riesgo de epidemias. El gobierno dice contar con dos campos casi listos para albergar a 40.000 personas, uno de ellos en Croix de Bouquets, a unos 15 km de la capital.

"¿Irme a Croix de Bouquets? No tengo problema, si hay seguridad", dice Israel Jeanclaude, de 62 años, que vive a cielo abierto frente al derruido Palacio presidencial.

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