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martes, 26 de enero de 2010

Ola de uruguayos quiere adoptar haitianos

"Quiero un niño haitiano, estoy dispuesta a traerlo", dijo una mujer al INAU, según relató Nora Castro. Desde el terremoto en Haití, el teléfono suena constantemente en el INAU, Unicef y la OEA: son personas que buscan adoptar haitianos.

Por eso ayer las tres organizaciones realizaron una conferencia de prensa conjunta en la que remarcaron que la adopción internacional es "el último recurso", según la titular del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), Nora Castro; o "el último eslabón de una larga cadena", según el encargado de Unicef en Uruguay, Gustavo de Armas.

Según Castro, si bien la adopción internacional "existe y es viable", se debe cumplir una serie larga de condiciones. En los últimos 25 años en Uruguay se han concretado apenas 10 adopciones de este tipo.

Los jerarcas remarcaron que actualmente se está en la etapa de identificación de los miles de niños que quedaron huérfanos o separados de sus familias a raíz del terremoto en Haití. Castro remarcó que el primer paso para concretar una adopción es que exista un registro de los niños, "algo que es un problema en Haití", indicó. "Una cantidad importantísima de estos niños están siendo numerados, porque las organizaciones internacionales no tienen otro mecanismo para identificarlos", señaló Castro.

En segundo lugar, la adopción debe realizarse a través de las respectivas autoridades centrales en materia de infancia y adolescencia de cada país. Según Castro, en Haití no existía una organización de este tipo ni siquiera antes del terremoto que asoló al país.

Según la directora del Instituto Interamericano del Niño de la Organización de Estados Americanos (OEA), María Dolores Aguilar, luego de identificar a los niños se pasará a la búsqueda de algún familiar inmediato o, en su defecto, de personas de la familia extendida. De no encontrarlos, se solicitará a alguna familia de la propia comunidad del niño que se haga cargo de él. La jerarca recordó que la Convención sobre los Derechos del Niño consagra "la reunificación familiar bajo cualquier circunstancia".

Según de Armas, "es muy probable que muchos de los familiares de los niños que hoy aparecen como huérfanos estén con vida", por ello es "fundamental" la etapa de búsqueda de los familiares.

Si no se halla ningún vínculo familiar o comunitario del niño, recién entonces se pasará al "cuidado residencial", según Aguilar, y de ahí a la adopción.

De todas formas, "siempre se va a priorizar el acogimiento en el ámbito local para evitar el desarraigo", indicó Castro, y agregó que, en esta situación particular, "no sólo hay diferencias culturales profundas sino una diferencia idiomática importante, porque el créole se habla solamente en Haití".

La directora del INAU remarcó que en este tipo de situaciones trágicas "no se puede tender a rebajar los derechos consagrados, sino a dar mayores garantías para los niños".

Castro señaló que "el INAU hace un llamado a la pobla-ción para que, así como se ha manifestado con tanta solidaridad, piense con serenidad en procura del interés superior del niño".

El titular de Unicef en el país señaló que no hay registros oficiales de tráfico de niños en Haití luego del terremoto, pero indicó que el organismo trabaja de forma preventiva, ya que "ha existido tráfico de niños en situaciones similares en otros países".

De Armas también recordó que los niños que salieron de Haití luego del terremoto estaban "en procesos de adopción que cumplían con todas las normativas", y que "simplemente se aceleraron los procesos de salida del país".

En Haití hay 4,2 millones de personas menores de 18 años.

El País Digital

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