El informe independiente detalla que la granada, que utiliza el Grupo Especial de Intervención (GEI) de la policía catalana, emite ruido y luz para "aturdir" al delincuente y facilitar así el trabajo a los policías. La explosión del artefacto hace que "no sea su propósito dirigirlo a las personas, ni tejidos", ya que "puede causar incendio tras la explosión y serias lesiones a las personas". Su uso preferente es la "disuasión de grupos descontrolados, liberación de rehenes al aire libre o en amplios espacios".
El caso está en fase de instrucción y un sargento y un agente de los Mossos están imputados por las heridas que sufrió Coscolín, que también está imputado por extorsión y asociación ilícita. Según el informe aportado por la defensa de los agentes, las heridas de Coscolín fueron consecuencia de un accidente en el que intervinieron "elementos imprevistos". Los Mossos, insiste este informe de parte, no tenían previsto que el artefacto causara lesiones.
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