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lunes, 14 de diciembre de 2009

Vacas engordan 300 gramos por día con caña de azúcar

El ingeniero agrónomo Pablo Chilibroste presentó los resultados de un estudio acordado con ALUR para la utilización de desechos de la caña de azúcar para alimentación animal. Leonardo de León, director de la empresa, destacó que ALUR comienza a generar subproductos, conformando una verdadera cadena agroindustrial en la que se genera valor agregado, como alimento mejorado para vacunos lecheros y de carne con el concurso de la investigación.

"Esto recién comienza, tenemos muchas ideas y propuestas para ir avanzando en la generación de subproductos del complejo sucro-alcoholero -energético de Bella Unión, dinamizando la investigación", señaló el jerarca. La presentación tuvo lugar en la Estación Mario Casinoni de la Facultad de Agronomía en Paysandú y contó con la presencia del presidente de Ancap, Germán Riet, gerentes de la empresa, productores de la zona y técnicos cubanos que aportaron los estudios realizados en su país en este tema a través del Instituto de Ciencia Animal de Cuba.

Por su parte, el presidente de Ancap recordó que "durante la reciente campaña electoral se habló sobre la importancia de la educación, la innovación y la investigación en todo el país; pues bien, acá tenemos un ejemplo porque Ancap se ha preocupado siempre en trabajar junto con la investigación y es una empresa pública que cuenta con numerosos convenios de investigación con la Udelar (en biocombustibles, por ejemplo) y con el INIA".

Explicó: "Elegimos contar con el aporte y asesoramiento del Instituto Cubano de Ciencia Animal, que hace años nos está asesorando y ayudando en Bella Unión y con el cual pensamos profundizar en la búsqueda e intercambio de conocimientos. A esto debemos agregar ensayos con semillas en Tucumán, el aporte de técnicos de Brasil y varias universidades de EEUU, porque buscamos incorporar los últimos adelantos científico-tecnológicos, por lo que les informo también que con UTE hemos decidido donar anualmente 3 millones de dólares al ANII para la investigación energética".

La investigación

Chilibroste ha liderado hasta el momento "investigaciones que apuntan a enriquecer sistemas de producción que sean económicamente viables, socialmente aceptables y ambientalmente balanceados" en torno a la alimentación animal. Actualmente se desarrolla una evaluación del glicerol, un subproducto del biodiesel, para que pueda sustituir a otros granos que son mucho más caros, y los resultados han sido satisfactorios ya que "hasta el momento se ha podido comprobar que los animales tratados han generado 2,24 litros más de leche por día".

El trabajo que habían venido realizando Chilibroste y su equipo en materia de alimentación animal se vio enriquecido con este aporte particular sobre los desechos de la caña de azúcar.

Chilibroste señaló que el despunte (la punta superior de la caña, que no se utiliza) significa entre 6 y 8 toneladas por hectárea. En una primera instancia se recogió el despunte, que hasta ahora se quema, se lo enfardó y se le dio a vaquillonas que ganaron 300 gr por día de peso, y "se lo debe suplementar para ganar 1,-1,5 kg por día". Aprovechando las investigaciones que desde 1960 realizan los cubanos se resolvió utilizar activadores para mejorar la digestión del animal, lo que le permite un mayor y mejor consumo de comida, que deriva en un engorde más rápido y en la producción de más leche y de mejor calidad. El técnico sostuvo que se hace necesario generar productos más baratos que los que existen actualmente en el mercado para la suplementación alimentaria.

Se han estado evaluando bioactivadores que permiten un uso más intensivo de residuos de cosecha. Hoy en Mario Cassinoni se alimenta a 32 vaquillonas Holando de 7 meses que pesaban 150 kg. La experiencia "ha resultado muy alentadora, con un amplio campo de aplicación; es la sinergia entre industria-investigación-desarrollo, al convertir miles de toneladas de materia seca que se quemaba, en miles de toneladas de proteína", sostuvo.

ALUR y las cadenas agroindustriales

"Estas cadenas agroindustriales creadas en el país generarán un fuerte impacto a nivel país apelando a recursos locales como etanol, biodiesel y biomasa, ya que lo que buscamos es asegurar alimentos humanos como azúcar, fortalecer la industria aceitera nacional , alimentación animal que genere mayor competitividad al productor y apoyo a todo el sector agroindustrial y a la investigación nacional", dijo de León.

"Ahora se abrió una línea de desarrollo estratégico: alimento para ganado, que será un producto importante con un impacto muy fuerte. Creo que el cambio estructural que generarán estas tecnologías en el agro es muy importante porque se crean nuevas cadenas agroindustriales que importan para el país, y esto recién comienza; y también desde el punto de vista ambiental en relación a residuos agrícolas y agroindustriales que se aprovechan".

Durante 2008 la Estación Experimental Mario A. Casinoni, de la Facultad de Agronomía, y ALUR firmaron un acuerdo de trabajo a fin de realizar un análisis de factibilidad bioeconómica de la utilización de subproductos de caña de azúcar en la alimentación animal.

La idea original era enfardar la materia seca sobrante de la cosecha de caña (las puntas) y convertirla en proteína de alta calidad. A raíz de esta primera experiencia, que resultó favorable, se acordó un nuevo plan de acción interactuando con técnicos del Instituto de Ciencia Animal de Cuba. A partir de los estudios realizados durante muchos años en dicho país, se decidió "diseñar suplementos e inóculos para aumentar la capacidad fermentativa de los animales y permitir que éstos procesen más kg de materia seca por día y que lo hagan con mayor nivel de eficiencia. Estos suplementos (activadores biológicos) son elaborados en base a la mezcla de subproductos industriales combinados ( melaza, afrechillo de trigo, de arroz, etc).

Asimismo se buscaba expandir el trabajo a otros residuos de cosecha ( paja arroz-paja trigo) y/o materiales de bajo valor nutritivo (ensilaje de sorgo) que tienen amplia difusión en la ganadería de carne y leche.

La clave del trabajo se basó en buscar la forma de complementar la nutrición de la vacas lecheras en pastoreo, para lo cual primero hubo que estudiar "la cinética de digestión del forraje fresco y la caracterización de la fermentación generados por los animales en pastoreo o no, con diferentes fuentes de energía". Dicho de otra manera, se buscaba investigar a partir de deshechos de la agroindustria, componentes de alimentación más baratos y con propiedades de mejorar la cantidad y calidad tanto de la leche como de la carne de los animales.

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