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lunes, 28 de diciembre de 2009

El fin del mundo que los mayas no predijeron

Como las fechas son las que son, he decidido dar una buena noticia: el mundo no se acabará el 21 de diciembre de 2012, y me paso por los huevos lo que dijeran los mayas que, por cierto, nunca lo dijeron. ¿Que cómo lo sé? La verdad es que no lo sé, pero me apuesto lo que sea con el primer misteriodista que levante la mano a que lo peor de ese día será la comida de empresa.

Sin embargo, ahora está de moda (en parte gracias a la película de Roland Emerich) la teoría que a mediados de los 90 popularizó con gran éxito (económico sobre todo) el pseudo-investigador colombiano Fernando Malkun en su documental 'Las 7 profecías mayas'. En realidad eran trece, pero se ve que en una hora de programa no cabían todas.

La cuestión es que el tiempo maya era cíclico y había cuatro formas de medirlo: el ciclo sagrado o Tzolkin (20 meses de 13 días), el solar o Haab (18 meses de 20 días más uno de sólo 5); el siglo Maya (empezaba cuando el inicio de ambos coincidía el mismo día) y la Cuenta Larga o Calendario de la Creación (que contaba el número de días transcurridos desde la creación (5.125 años).

El colombiano Fernando Malkun, el padre de la criatura.

El colombiano Fernando Malkun, el padre de la criatura.

Y tampoco son exactamente profecías, sino ciclos proféticos lo cual, en realidad, da igual. Si queremos ser rigurosos, ni siquiera eran profecías como las entendemos hoy, sino que a cada ciclo se le asociaban una sería de características y punto. Así que podemos estar tranquilos que no va a caer un rayo formado en el centro de la galaxia como decía Malkun.

El famoso 21 de diciembre de 2012 se acaba esa cuenta larga y vuelve a empezar. No sólo para los mayas éste (el nº 13) no iba a ser el último ciclo sino que, como tenían un sistema de base 20, todavía quedarían 7 más para el presunto fin del mundo, aunque para ellos eso tampoco sería el final de del mundo. Pero no hay nada que temer, para entonces ya nos habremos cargado el planeta.

Es fácil entender por qué para los mayas todo debía tener una explicación religiosa y a cada cambio de ciclo se le asignaban una serie de ‘profecías’. Era para dejar claro ante el pueblo que sus reyes poseían una serie de dones sorprendentes que, en última instancia, explicaban por qué unos trabajaban como posesos mientras otros se pegaban la vida padre a su costa.

Un calendario de mesa maya.

Un calendario de mesa maya.

Otra versión que circula por ahí es que lo que va a ocurrir es un cambio de conciencia a nivel universal y todo el mundo va a ser bueno, triunfará el amor y se follará más. Por supuesto, nada nuevo bajo el sol. La misma sandez Nueva Era de toda la vida con otro embalaje.

Hace unos años el cambio iba a ser la llamada Conciencia III, luego la llegada de la Era de Acuario y ahora, por lo visto, la conciencia cuántica. La única diferencia entre unas y otras es que, afortunadamente, esta nueva religión de todo a euro no va acompañada de una relajación de la higiene como en tiempos de los jipis.

En su libro 'El fin del Mundo: una biografía anotada' el americano Tom McIver recopiló nada menos que 3.500 profecías a lo largo de la Historia sobre tan esperado acontecimiento. No es un tema que haya investigado a fondo, pero creo que la mayoría de veces los profetas se equivocaron.

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