Una novia lo llevó a Estocolmo, donde reside desde hace tres años. Había hecho un curso de cocinero en Montevideo y consiguió en Suecia un puesto en el City Hall. Desde hace dos años cocina para los premios Nobel. En la reciente cena de gala para los ganadores de los premios tuvo a su cargo un equipo de cinco cocineros.
Aunque la logística desplegada para esa cena exige de varios grupos de trabajo, todos coordinados y con precisión milimétrica, porque apenas en ocho minutos todos los invitados unos 1.350 tienen que estar servidos con todos los detalles.
En esta oportunidad se desempeñaron 46 cocineros, 250 mozos y mozas, además de un centenar de funcionarios en materia de iluminación y seguridad.
Es como dice el propio Germán Olmedo Montes, montevideano de 24 años: "esta cena es la gala más refinada y suntuosa de Europa, a ella acuden desde estrellas de Hollywood a presidentes, primeros ministros, los reyes de Suecia y, por supuesto, los ganadores de los premios Nobel".
Explica que en el "koncert huset" se realiza la entrega de los premios, tras lo cual los invitados acuden al "stadhuset", en el Ayuntamiento de Estocolmo, para participar "en la cena más espectacular del mundo, con vasos de cristal y oro, cubiertos de oro y plata, y platos diseñados especialmente, también con bordes de oro".
"Se podría decir", comenta Germán a LA REPUBLICA que "la porcelana del Nobel es unos de los tesoros de Escandinavia".
"Nací en Montevideo", explica. "Tengo 24 años", agrega, y dice que "lo de cocinero en realidad no fue nunca algo planeado, leí un anuncio del colegio del Gato Dumas en un diario y me anoté. Pensaba en algo para trabajar y pagar mis estudios en alguna Universidad de Montevideo".
"Me puse de novio con una chica sueca, me trajo a Estocolmo y desde hace tres años que estoy en esta ciudad, aunque sin embargo no estoy más con ella", relata.
Recuerda que desde hace un par de años "trabajo todo el año en el City Hall de Estocolmo, donde se realiza la cena de la entrega de los premios Nobel; mi trabajo es de cocinero en el equipo de cocineros Nobel. Durante la cena, una vez al año, paso a ser jefe de un equipo durante la producción del menú".
En cuanto a la gala correspondiente a 2009, dijo que "estuve a cargo de cinco cocineros", aunque "se convocan 46 cocineros para la cena, son de todas partes del mundo, y siguen al pie de la letra nuestras instrucciones".
"Durante el resto del año trabajamos con todos los menúes Nobel desde 1901: en este restaurante uno puede cenar todas las cenas Nobel de todos los años, o sea la misma comida que degustaron William Churchill o Ernest Hemingway cuando recibieron sus premios".
NI EL REY DE SUECIA
"El menú es secreto hasta la hora de la cena, ni el rey de Suecia sabe qué va a degustar hasta que no se sienta a la mesa y lee la carta. El menú es elegido en junio por el Comité Nobel, y para esta edición fue designado un reconocido cocinero sueco, Niclas Wahlström, para seleccionar la comida".
En esta última edición los participantes comieron consomé de langostas, con tarta de vieiras y gel de vinagre de champagne; codorniz rellena con trufas de Gotland, isla de vegetales y puré de patatas y de almendra. El postre fue de mousse de Philadelphia, sorbet ácido y granolite.
En lo personal "es una experiencia genial, especialmente sabiendo de donde vengo, llegar a trabajar aquí no es nada fácil, y menos cuando uno tiene 23 años", comenta Germán. "Los chefs que trabajan acá han invertido mucho en años de trabajo, en caras escuelas; yo cursé escuela y liceo público en Uruguay y, aunque después estudié con el Gato Dumas, sólo fue un año. Me siento con suerte y privilegiado, además de orgulloso de mi nacionalidad, me gusta lo que hago y me entrego 110%".
"Este trabajo me abre muchas puertas, una de ellas es el Cordon Bleu de París, desde donde he invitado a unos profesores a trabajar en la cena; estoy en muy buen contacto con ellos y seguramente concretemos algo para el próximo año".
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