La corrupción en los establecimientos carcelarios por parte de la Policía, volvió a cobrar notoriedad, al ser atrapado un agente que revista en el establecimiento penitenciario de Canelones ingresando casi un kilo de marihuana y pasta base para comercializar entre los reclusos.
Lo importante a destacar de este triste y grave suceso, es que los mismos servicios de Inteligencia de la Dirección Nacional de Cárceles junto a sus pares de la Jefatura de Policía de Canelones, llevaron adelante la pesquisa que puso fin a la fechoría que este funcionario venía llevando a cabo desde hace mucho tiempo, lo cual da claramente la pauta de que el Instituto Policial se viene depurando a sí mismo.
La directivas impartidas por el titular de la referida Dirección Nacional coordinado con el titular de la Jefatura de Canelones, llevó a que hace aproximadamente tres semanas, un grupo especializado de policías realizara, en base a información que obtuvieron en forma confidencial, una serie de seguimientos y averiguaciones, en relación al tráfico y consumo de drogas en la cárcel de Canelones.
La actuaciones tuvieron éxito, en virtud de que fue sorprendido y atrapado un agente cuando ingresaba al recinto carcelario, donde prestaba funciones, transportando entre sus ropas ocho tizas de cocaína, cuyo destino era la venta entre los reos. Posteriormente, el juez letrado procesó con prisión al infiel funcionario.
Ahora bien, uno días más tarde, el mismo grupo de investigadores, pudo obtener datos de un recluso, que en dicha cárcel también había armas de fuego escondidas. En horas de la madrugada, hace pocos días, el citado reo, con su rostro cubierto con una capucha y utilizando una gabardina, fue conducido a dicho establecimiento para indicar dónde estaban escondidas las armas. De esa forma fueron localizados e incautados dos revólveres calibres 32. La cosa no terminó ahí, en virtud de que los hombres de Inteligencia y de Investigaciones continuaron las averiguaciones hasta que supieron que otro funcionario también estaba ingresando drogas a la cárcel con la finalidad de vendérselas a los reclusos allí alojados.
Instancia judicial
El trabajo fue lento pero seguro. En las últimas horas, más precisamente al promediar las 19.00 del martes pasado, un agente de 30 años, que revista en el instituto policial desde hace 7 años y cumplía funciones como guardia interna, fue interceptado por el citado grupo de investigadores.
En la oportunidad le fue requisado un bolso, en cuyo interior, más allá de elementos personales que el uniformado transportaba, fue localizado un ladrillo de marihuana, lo que promedialmente es un kilo y siete tizas de pasta base Al ser interrogado, y ante el cúmulo de pruebas en su contra, el indagado aceptó los hechos. 1Enterado el juez letrado departamental, dispuso que ayer fuera conducido a su despacho. Al finalizar la instancia correspondiente, el agente de 30 años, fue procesado con prisión por el delito de "entrega de estupefacientes especialmente agravado".
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