El País de Madrid
Pese a que el viento dio ayer una pequeña tregua, los bomberos seguían intentando controlar la docena de incendios que amenazan varias localidades del norte de Atenas, varias islas del mar Egeo y obligaron a evacuar a 20.000 personas.
Las llamas se encontraban ayer a sólo 15 kilómetros del centro de la capital griega. "La situación continúa siendo difícil y hacemos todo lo que podemos", aseguró el portavoz de los bomberos de Atenas, Gianis Kapakis. Las llamadas a la calma por parte de la Dirección General de Protección Civil, difundidas continuamente por televisión, radio y medios de comunicación digitales, no contribuyeron a devolver la serenidad a los habitantes de la región del Ática, que veían cómo por tercer día y cuarta noche consecutivos, el frente de fuego que rodea el noreste de Atenas ganaba kilómetros.
Tras una noche de domingo complicada, los bomberos lograron durante la mañana del lunes mantener "bajo cierto control" uno de los dos grandes frentes que cercaban Atenas. Pero un segundo foco seguía calcinando el bosque de forma virulenta, animado por los fuertes vientos que todavía soplaban con fuerza en esta zona. Las llamas se extendían ayer a la localidad de Porto Germanos, en la periferia conurbana de la capital griega. En este cinturón ático, donde a diario se producen kilómetros de retenciones de tráfico en las horas punta -la mayoría de sus habitantes trabaja en Atenas-, abundan las localidades-dormitorio como la citada de Porto Germanos, Dioni, Pikermi o Agios Stefanos, a una distancia de entre 15 y 25 kilómetros de la capital. Todas ellas seguían cercadas por el fuego, que se halla a un paso de zonas residenciales del norte de Atenas como Kifisia y Nea Erithrea.
Varios países europeos, entre ellos España, han enviado aviones a Grecia a combatir estos grandes incendios que desde hace cuatro días arden de forma descontrolada en las cercanías de Atenas y que ya han calcinado 17.000 hectáreas de bosques. Debido a la sequedad ambiental, las altas temperaturas y los fuertes vientos -aunque amainaron un poco, han llegado a los 60 kilómetros por hora-, Protección Civil elevó el riesgo de incendio al nivel cuatro (el cinco es el de alerta máxima). La amenaza alcanza a las regiones de Evia (incluida la isla de Skiros), Ática occidental y oriental, Atenas, El Pireo y las islas de Quíos y Samos, en el Dodecaneso. La localidad de Marathon, que alberga importantes restos arqueológicos, se encontraba ayer rodeada por las llamas. Un grupo de monjas que viven en un monasterio ortodoxo cercano a la capital tuvieron que ser desalojadas. Pese a la voracidad de los incendios, no ha habido hasta ahora daños personales.
A unos meses de las elecciones anticipadas -convocadas para marzo- y con los ánimos inflamados por esta nueva catástrofe, el diario To Vima auguraba un "septiembre negro" para el primer ministro: "Incertidumbre política, caos económico…" y ahora esto.
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