La NSA, empleó todos los métodos a su alcance, desde la persuasión a la colaboración forzada de empresas hasta el robo de claves de encriptación y alteración de software y hardware para tener acceso a las comunicaciones privadas en la web dentro y fuera de EE UU.
Codificaciones de protección comunes en correos electrónicos y
compras en Internet como la capa de conexión segura SSL, o la red segura
VPN, fueron objetivos para NSA, lo mismo que las comunicaciones a través de los servicios de Microsoft, Facebook, Yahoo y Google, según detalla a su vez el diario El País de Madrid.
Los británicos hicieron su aporte al espionaje de EE.UU.
Según la misma publicación, los socios británicos de la NSA habrían
desarrollado otras formas de “oportunidades de acceso” a clientes de
Google. La teoría de que la NSA manipuló, para su beneficio, una norma
relacionada con encriptación adoptada por la Organización Internacional
de Normalización o ISO ya circulaba entre los especialistas en
criptografía desde hacía tiempo, algo que se aventura a confirmar The
New York Times. ISO establece los parámetros comunes para los
intercambios entre 163 países, entre ellos EE.UU., España y casi toda
América Latina.
La investigación añade que la NSA invierte más de 250 millones de dólares al año en un programa llamado Sigint Enabling Project destinado a influir en los diseños de los productos comerciales para hacerlos “explotables”.
Este sistema estaría presente ya en los microchips que codifican la
información de compañías y gobiernos, bien sea gracias a la colaboración
con los fabricantes de procesadores o por su piratería por parte de la
NSA
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