Atrás quedó la diligente Blancanieves que limpiaba la cabaña de los
siete enanitos en el bosque y los esperaba con la cena caliente sobre la
mesa mientras era acechada por la malvada bruja. La versión del cuento
de los hermanos Grimm del siempre provocador y transgresor artista
contemporáneo Paul McCarthy no tienen precedentes. Es una mezcla de sexo, violencia y provocación no apta para menores.

McCarthy "comenzó a desarrollar una conexión entre Blancanieves y su
madre" desde muy niño, asegura Damon McCarthy, su hijo y colaborador en
esta pieza. "Creo que fue entonces cuando inició la relación entre su infancia y la imagen del personaje".
La pieza "satiriza el sueño americano y sus iconos más entrañables"
bombardeando al espectador con una sobrecarga sensorial de imágenes de
violencia, actos sexuales y la manipulación de excrementos, que obliga
al visitante a reconocer el retorcido interior que puede haber en los
ídolos de la cultura popular, explica la oficina de prensa del Park
Avenue Armory.
Un bosque de excesos
La instalación de McCarthy gira en torno a un gigantesco bosque
artificial lleno de árboles de cerca de 10 metros de altura e imponentes
y coloridas flores de gran tamaño que se extienden a lo largo de un
exuberante paisaje. En el centro de la instalación se ubica un rancho
amarillo de más de 800 metros cuadrados inspirado en la casa en la que McCarthy pasó sus años de infancia.

Las historias están protagonizadas por Walt Paul,
interpretado por McCarthy, un personaje que hace alusión a Walt Disney y
constituye una amalgama de la personalidad del artista con los
arquetipos de un productor de cine, un artista, un padre, entre otros
roles.
El personaje de Blancanieves es un cúmulo de contrastes. La imagen de la mujer representa a la vez el ideal de virgen y de arpía, una hija como una princesa de cuentos de hadas.
Enanos, el Príncipe, Blancanieves y otros personajes forman parte de la acción que termina por convertirse en una bacanal formada por un entrecejo de historias y personajes icónicos que mantienen relaciones sexuales entre ellos.
"Yo sabía desde antes que este tema iba a cruzar líneas,
líneas en temas como la violencia sexual", afirmó McCarthy, "porque yo
iba a hablar sobre eso". La controvertida obra, no sólo ha dado de qué
hablar en la Gran Manzana, sino que se ha convertido en la segunda exhibición de arte más visitada de la ciudad.
Desde su apertura, el 19 de junio, la instalación ha recibido 11.000
visitantes, y seguirá abierta hasta el próximo 4 de agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario