La dolorida central nuclear de Fukushima
(Japón) se encuentra en una nueva encrucijada a la que las autoridades
aún no encuentran explicación, ni solución. Shuniki Tanaka, el
responsable de la Agencia de regulación nuclear nipona (NRA) aseguró el
miércoles que ninguno de sus técnicos se explica el motivo por el que se
están produciendo fugas de agua contaminada desde la planta al mar, ni
como pararlas. Las filtraciones se han producido al menos en los dos últimos años, según el diario New York Times.
La operadora de la central, Tokyo Electric Power, ha detectado
incrementos en la cantidad de cesio radiactivo, estroncio y tritio en
las aguas subterráneas aledañas a la planta, algo que ha acelerado aún
más su urgencia para detectar cualquier fuga. La gestora, también
conocida como Tecpco, asegura que la contaminación por cesio 134 se ha
multiplicado por 90 en pocos días. En junio ya se hallaron valores
elevados de estroncio 90 y tritio en una fuente cerca de las turbinas
del reactor dos, a sólo unos metros del mar. Estas sustancias pueden
provocar graves daños en el cuerpo humano y se las relaciona con una
aumento de riesgo de padecer cáncer.
Los trabajadores han estado lanzando agua encima de los tres reactores dañados para mantenerlos fríos durante más de dos años
El terremoto y el tsunami que devastó en lugar el 11 de marzo de 2011
dejó la central nuclear gravemente devastada. Se produjeron fusiones
del núcleo en tres de sus seis reactores. Uno de los principales
problemas ha sido la filtración de aguas subterráneas en los sótanos de
los edificios de los reactores dañados. Según la portavoz de Tepco,
Mayumi Yoshida, los trabajadores han estado lanzando agua encima de los
tres reactores dañados para mantenerlos fríos durante más de dos años.
"El agua contaminada ha crecido al ritmo de una piscina olímpica por
semana", calcula. Ese líquido se almacena en decenas de tanques en la
planta, pero no se ha detenido el flujo de entrada.
Hasta hace bien poco la empresa negaba rotundamente que la radiación
estuviera llegando al océano. Había varios estudios independientes, uno
de ellos de la Universidad de Tokio de Ciencias Marinas y Tecnología,
que decían justo lo contrario.
Hasta hace poco la gestora de la central negaba rotundamente que la radiación estuviera llegando al océano
Mientras se buscan soluciones para Fukushima,
cuatro empresas de servicios públicos han pedido solicitud para
construir diez reactores, peticiones que ahora tendrá que estudiar el
organismo regulador nuclear, con apenas 80 personas en plantilla. En
Japón hay 50 reactores y sólo 2 están activados actualmente.
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