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sábado, 25 de mayo de 2013

Las embajadas británicas inundadas de preguntas descabelladas

Hacer callar a un gallo o urgir a un marido rellenito que haga deporte son algunas de las peticiones más descabelladas que recibieron las embajadas británicas durante los últimos 12 meses, según reveló el jueves el ministerio de Relaciones Exteriores en Londres.
Un hombre pidió al personal consular que le tradujera una frase que deseaba tatuarse en el cuerpo mientras que otro solicitó a la embajada de Estocolmo para que comprobara las informaciones personales de una mujer a la que había conocido en internet.
Diplomáticos británicos en varios países fueron interrogados sobre el mejor lugar para mirar la retransmisión de un partido de fútbol mientras que otros fueron literalmente acosados por personas deseosas de saber cómo obtener entradas para los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar en Londres el pasado verano.
Una mujer llamó a la embajada de Tel Aviv esperando que ésta instara a su marido a ponerse en forma y comer más sano para que lograran tener un hijo.
En Camboya, un británico hospitalizado después de haber resultado herido por una piedra que hizo caer un mono recurrió a los servicios de la embajada para que le ayudaran a obtener una indemnización en concepto de daños y perjuicios.
El consulado de Montreal fue interrogado por su parte por un hombre que quería saber el color del pasaporte británico tras una apuesta.
Para hacer frente al número considerable de demandas no administrativas recibidas por las misiones diplomáticas británicas del sur de Europa, el ministerio de Relaciones Exteriores abrió en febrero un centro especial en Málaga, en el sur de España.
En total, 39% de las 131.211 llamadas recibidas por ese centro eran para "preguntas sobre vida cotidiana".
"Una parte de las preguntas formuladas por ciudadanos británicos el año pasado eran como mínimo extrañas", declaró Steve Jones, responsable de este centro.
"Una persona nos contactó para pedirnos si podíamos darle el nombre del reloj que llevaban los marinos de la Royal Navy entre 1942 y 1955", dijo.
"Es importante que la gente entienda lo que podemos o no podemos hacer para ayudarles cuando están en el extranjero", declaró Mark Simmons, secretario de Estado de Asuntos Consulares.
Cada año, "varios miles de ciudadanos británicos confrontados a graves dificultades en todo el mundo" reciben ayuda del personal diplomático, recordó.

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