Elisa Graña recuperará el dinero que tenía en su cartilla infantil ocho años después de que Novagalicia Banco
lo convirtiese en participaciones preferentes sin que ni ella ni su
madre fuesen conscientes de lo que suponía la contratación de este tipo
de producto financiero.
Esta joven de 28 años, bióloga de profesión, pensaba hasta hace unos
meses que el dinero que sus padres le habían puesto a su nombre desde
pequeña estaba en un depósito fijo.
La cantidad era, en realidad, "todos los ahorros" de esta chica que está, en la actualidad, haciendo un Doctorado. Elisa había ido ingresando en la cuenta los regalos que recibía de sus abuelos en distintas celebraciones
y cuando descubrió que se lo habían pasado a preferentes, decidió
denunciar a Novagalicia Banco porque "ha sido un robo y una chapuza del
banco".
Sentencia a su favor
Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Vigo dada a
conocer este jueves declara nulo el contrato y obliga a la entidad
bancaria a devolver a la joven los 1.860 euros que le tenía retenidos y
los intereses generados desde la contratación de las participaciones
preferentes en el año 2005.
El juicio se celebró el pasado 21 de febrero y en la vista la madre
de la chica, Rosa Martínez, explicó al juez que el contrato data del año
2005, cuando "un conocido de toda la vida" y trabajador de la sucursal
de la que llevaba años como cliente (la sede central de su localidad,
Cangas do Morrazo, Pontevedra), le propuso que su hija ya era mayor de edad y, por lo tanto, sería recomendable pasar los ahorros de su cartilla infantil a un plazo fijo.
La mujer, que tiene otro contrato de preferentes a su nombre con el
que también está en pleitos con NCG Banco, accedió a cambiar la
situación del dinero de su hija sin llegar a firmar nada y sin saber,
realmente, lo que implicaba. El juez le da ahora la razón y la sentencia
sostiene que no ha quedado acreditado que los responsables de la
entidad bancaria le trasmitiesen "los riesgos que suponía esta operación
que, indudablemente, debería ser calificada de alto riesgo".
La madre tiene estudios primarios y carece de formación específica en inversiones.
La hija tiene estudios universitarios, pero ella no firmó el contrato
y, según relató durante la vista oral, no supo nada del paradero de sus
ahorros hasta que se desencadenó el conflicto de las participaciones
preferentes y su padre quiso enterarse en el banco de cúal era la
situación del dinero familiar.
Sin experiencia inversora
Durante varios años, la joven recibió en su cuenta 376 procedentes de
los intereses generados por las preferentes. Esta circunstancia intentó
ser utilizada por el banco durante el juicio para sostener que sí que
sabía que tenía contratadas participaciones preferentes y para reclamar
que, si era condenado el banco, la demandante se los devolviese.
Sin embargo, el juez da la razón a la afectada. No
encuentra "motivo ninguno para pensar" que ni madre ni hija "presentaran
la experiencia inversora suficiente como para concluir que el error
hubiera sido fruto de su propia negligencia o desatención".
La sentencia recoge que no es extraño que madre e hija "pudieran
acabar confundiendo el producto con algo parecido a un depósito a plazo,
del que las participaciones preferentes se diferencian de forma
sustancial, pero cuyos elementos diferenciales no fueron adecuadamente
puestos de manifiesto por la entidad bancaria".
A la vista de estas argumentaciones, no sólo condena a Novagalicia
Banco a devolver Elisa Graña sus 1.860 euros con los correspondientes
intereses, sino que, además, no ve que haya lugar a que la demandante devuelva a la entidad ningún dinero "en relación con las cantidades cobradas por la demandante en concepto de remuneración durante la vigencia del contrato".
Una familia al frente de las protestas
Esta joven optó por acudir a la vía judicial en lugar de intentarlo
por el arbitraje del Instituto Gallego de Consumo animada por su
entorno. Su familia ha sido una de las más activas de la comarca de O
Morrazo desde el inicio del escándalo de las preferentes. De hecho, su padre, Antonio Graña, inició la acampada de protesta que mantienen los afectados de Cangas do Morrazo en el mes de diciembre.
La Plataforma de Afectados por las Preferentes de O Morrazo criticó
tras el juicio que la entidad bancaria utilizó un argumento de defensa
"peregrino". Alegó que no podía aportar el contrato de preferentes que
había suscrito la demandante con el personal de la oficina bancaria
porque la documentación se había traspapelado durante una mudanza de
oficinas y en medio del caos de la fusión de las dos antiguas cajas
gallegas, Caixanova y Caixa Galicia.
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