Tres cardenales, incluyendo al ex jefe de los servicios
secretos del Vaticano, habrían informado al Papa de una presunta “red
de amistades homosexuales y chantajes”. Los encuentros sexuales habrían
ocurrido dentro del Vaticano.
El
papa Benedicto XVI habría decidido renunciar luego de que una
investigación interna le informara sobre el alcance de los escándalos
sexuales y la corrupción dentro del Vaticano. Según informó ayer el
diario italiano La Repubblica, tres cardenales, incluyendo al ex jefe de
los servicios secretos del Vaticano, habrían sido consultados para
corroborar las alegaciones sobre abusos financieros, favoritismos y
corrupción planteadas en la publicación de documentos confidenciales
papales, bautizado como Vatileaks.
El 17 de diciembre de 2012, los cardenales Julián Herranz, Salvatore
De Giorgi y Josef Tomko habrían entregado al pontífice dos volúmenes,
de alrededor de 300 páginas, en carpetas duras que contenían una imagen
precisa del daño y los “peces podridos” en el interior de la Santa Sede,
reportó el diario. Esa información se encontraría en la caja fuerte de
Josef Ratzinger. “Fue en ese día, con esos papeles en su escritorio, que
Benedicto XVI tomó la decisión una semana antes de Navidad sobre la que
había meditado durante tanto tiempo”, indicó la publicación. La
información que él presuntamente recibió de los cardenales “es sobre el
incumplimiento del sexto y séptimo mandamiento”, reveló al diario una
fuente descrita como “muy cercana” a las autoridades. Los mandamientos
son “no cometerás adulterio” y “no robarás”. Los cardenales expresaron
que descubrieron una red clandestina de homosexuales, cuyos miembros
organizaban encuentros sexuales en numerosos lugares de Roma y de la
Ciudad del Vaticano. Agregaron que los integrantes de esa red son
propensos a chantajes a raíz de sus orientaciones sexuales. Precisaron
situaciones remotas como aquellas vinculadas con monseñor Tommaso
Stenico, suspendido después de una entrevista que fue transmitida en la
que habló de los encuentros sexuales que tuvieron lugar en el Vaticano,
hasta la historia de los coristas que rodeaban a Angelo Balducci,
integrante del grupo exclusivo de la curia denominado Su Santidad,
motivo de una investigación judicial. Sobre los lugares de reunión
vinculados con este episodio, el informe detalla un sitio en las afueras
de Roma, un sauna y un salón de belleza en el centro, como también las
habitaciones dentro del Vaticano. Entre aquellos mencionados en el
reporte se encuentra Marco Simeon, un directivo de la televisión estatal
RAI cuyo nombre fue ligado tiempo atrás con una de las revelaciones
clave de los Vatileaks: la conspiración para expulsar al arzobispo Carlo
María Vigano de la presidencia de la gobernación de la Ciudad del
Vaticano, después de sus intentos por introducir una mayor transparencia
financiera. Simeon es considerado como alguien cercano al segundo
oficial de mayor rango en el Vaticano, el secretario de Estado cardenal,
Tarcisio Bertone.El reporte secreto alertó, también, sobre vínculos sospechosos en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el Banco del Vaticano, donde un nuevo presidente fue nombrado la semana pasada luego de una vacante de nueve meses, agregó La Repubblica, que no ofreció más detalles sobre la cuestión. El periódico aseguró que Benedicto, personalmente, le haría entrega de los volúmenes a su sucesor, con la esperanza de que será “fuerte, joven y santo”, espera, para hacer frente a la enorme tarea que le espera.
En sintonía, el semanario conservador Panorama informó ayer sobre un Vatileak que creció demasiado, pero sin especular sobre los motivos de la dimisión del pontífice alemán de 85 años. La revista señaló que la presunta “red de amistades homosexuales y chantajes” en la curia romana fue para Benedicto XVI la parte más sorprendente del informe sobre Vatileaks. Como también detalló que los autores del informe tienen más de 80 años, por lo tanto no son papables.
El Vaticano se rehusó a comentar la información. La Repubblica informó que el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró que no se van a comentar “todas las claves, fantasías y opiniones que haya sobre el tema” e indicó que los medios no pueden esperar comentarios, confirmaciones o desmentidos de lo que se dice sobre este tema. “No estamos corriendo detrás de todas las especulaciones y fantasías u opiniones que se expresan sobre el tema y no esperen que los tres cardenales den entrevistas porque la línea acordada es guardar silencio y no revelar información sobre este tema”, agregó. Además reflejó las inexactitudes que se detectan en la información que se brinda y pone de manifiesto “que aquellos que escriben no entienden de los temas vaticanistas”. Lo que figura en una información, añadió, es responsabilidad del autor. Sobre el inicio del cónclave de cardenales, que elegirá al sucesor de Benedicto XVI, el portavoz del Vaticano remarcó que la fecha será decidida por la congregación de cardenales una vez que el Papa haya renunciado. En un principio, el Vaticano había dicho que los cardenales se reunirían alrededor del 15 de marzo, pero luego admitió que el proceso podría adelantarse.
El Papa renunciará el 28 de febrero. Hasta el momento, el Vaticano insistió en que la decisión de Benedicto de convertirse en el primer Papa en dejar su cargo en los últimos 600 años tiene que ver con su edad avanzada y no con conspiraciones internas.
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