El gobierno alemán ya cuenta con un frenazo de la economía alemana
durante este invierno, pero el Bundesbank acaba de corregir esas
previsiones y habla de unas temperaturas económicas mucho más crudas
todavía. El Bundesbank recorta su previsión de crecimiento para este año hasta el 0,7%, frente al pronóstico anterior de un punto porcentual y vacía las previsiones para 2013, al advertir que el año que viene la economía alemana no crecerá un 1,6%, como se estimaba el pasado mes de junio, sino solamente un 0,4%.
Una vez llegados a ese punto, eso sí, y siempre según las nuevas
previsiones del Bundesbank, Alemania retomará la senda alcista del
crecimiento y en 2014 estará de nuevo en un saludable aumento del 1,9%
del PIB.
Al estancamiento del Producto Interior Bruto (PIB) alemán se sumaría un repunte del desempleo, que podría situar la tasa de paro en el 7,2% el próximo año.
En el caso del mercado laboral, que hasta ahora ha demostrado una
importante capacidad de resistencia ante la crisis, el instituto emisor
germano pronostica que logrará atravesar las dificultades "en buena forma",
gracias especialmente al efecto contracíclico de la reducción de
jornadas, aunque espera una moderada subida del desempleo hasta el 7,2%
en 2013, para posteriormente situarse en el 7% en 2014.
El Bundesbank hace este anuncio solo un día después de que el Banco
Central Europeo recortara la previsión de crecimiento para el año
próximo en toda la zona euro, debido precisamente a las peores
perspectivas de crecimiento de los países centrales de la Unión, como
Alemania, Francia y Holanda.
Alemania ha sido hasta ahora uno de los propulsores clave de la zona
euro, que atraviesa su segunda recesión desde 2009, pero la resistencia
del país a la crisis está disminuyendo y las previsiones del banco
central así lo reflejan.
"Dadas la difícil situación económica en algunos países de la zona
euro y la incertidumbre generalizada, el crecimiento económico será peor
de lo que se calculaba antes", explica el Bundesbank en su comunicado.
La causa principal de este frenazo son los efectos de la crisis de
deuda de la zona euro, que limitan las exportaciones de la mayor
economía de la Unión Europea, por lo que el Bundesbank aconseja ahondar en los esfuerzos por reforzar las ventas a países emergentes como Rusia, China y los países del Este.
Inflación controlada
Respecto a los precios, el Bundesbank prevé que la inflación cierre
este año en el 2,1% y de ahí se relaje hasta el 1,5% en 2013 y no suba
más allá del 1,6% al año siguiente, siempre que se mantenga a la baja la
tendencia del precio del crudo y no se aceleren las presiones de
precios a nivel doméstico.
La entidad ha advertido de que si la evolución de la economía
incumple las expectativas o se intensifica la crisis de deuda en algunos
países, el crecimiento del PIB será probablemente menor de lo previsto.
"No obstante, es también bastante probable que la zona euro se recupere antes de lo esperado
y que la economía global se acelere con mayor rapidez de lo contemplado
en estas proyecciones, lo que permitiría a Alemania aprovechar
oportunidades adicionales de crecimiento", destacó el presidente del
Bundesbank, Jens Weidmann.
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