Miguel Ángel Flores, promotor de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, en la que fallecieron cuatro jóvenes, admitió en su declaración ante el juez haber dado orden para que se emitieran 17.000 entradas, de las que se imprimieron 13.500.
Flores admitió ante el magistrado del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo Rodríguez Palop, que "podía haber duplicidades" por Internet,
y aludió a la imprenta que había emitido las entradas. Además, afirmó
que, en teoría, las entradas sobrantes -hasta las 10.600 permitidas por
Madrid Espacios y Congresos- se habrían ido destruyendo conforme se iban
vendiendo los tickets.
Por otra parte, el promotor de la fiesta señaló a su propio padre como la persona encargada de ir destruyendo las entradas, aunque no dio garantías de que efectivamente se hubieran destruido.
Según el Ayuntamiento, la misma noche de la tragedia Flores daba por
hecho en un SMS dirigido a Madrid Espacios y Congresos que el aforo
permitido era de 12.000 personas, y no de 10.600.
Esta miércoles, el juez que instruye las diligencias toma declaración, en calidad de imputado, a Carlos Manzanares Rodríguez, propietario de Kontrol 34, empresa responsable del control en los accesos y en el interior del recinto.
La comparecencia de Manzanares tiene lugar un día después de la de
Flores, gerente de la empresa Diviertt, organizadora de la fiesta, a
quien el juez impuso como medida cautelar acudir dos veces al mes al juzgado.
El juez también tomará declaración como imputado, en una fecha aún
por determinar, al representante legal de la empresa de seguridad Seguriber, encargada de la seguridad en el exterior del Madrid Arena cuando ocurrió el suceso.
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