El año pasado, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de
Kirchner, inauguró un servicio ferroviario de alta calidad entre Buenos
Aires y Mar del Plata con trenes Talgo. Esta semana, después de reunirse
con Fernández, el ministro argentino del Interior y Transporte,
Florencio Randazzo, anunció que suspendía el contrato de mantenimiento
de ese convoy por considerar que implicaba un coste “excesivo”. La
disputa se suma a otras entre Argentina y las empresas españolas. Son
conflictos que se han ido ampliando a partir de la nacionalización del 51% de YPF que pertenecía a Repsol.
Los Talgo son algunos de los trenes usados que los Kirchner compraron
entre 2005 y 2010 a la empresa estatal española Expansión Exterior
mediante unos acuerdos que el pasado miércoles la Auditoría General
(Tribunal de Cuentas) de Argentina cuestionó por presuntas
irregularidades, como precios excesivos y mal estado de las unidades.
Randazzo asumió el área de Transporte después de la tragedia ferroviaria de febrero pasado en Buenos Aires, en la que murieron 51 personas, y comenzó a revisar todas las cuentas.
En contraposición a lo que habían firmado los anteriores secretarios
de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ministro dijo el
jueves que ya no correspondía pagar los 6,3 millones de euros por el
mantenimiento de los Talgo “teniendo en cuenta que el valor de mercado
de una formación como la que presta el servicio” es de 6,6 millones.
“Hasta tanto se presente una propuesta razonable, y con el objetivo
puesto en cuidar los recursos de todos los argentinos, la venta de
pasajes (billetes) y la prestación del servicio estará provisoriamente
suspendida”, anunció Randazzo. En el Gobierno argentino aseguran que
solo el 4% de los viajeros del tren Buenos Aires-Mar del Plata cogía el
servicio del Talgo, mientras que el resto se transportaba en unidades de
menor calidad. La decisión se produce en un contexto de fuerte
desaceleración del crecimiento económico argentino, que había sido
robusto durante ocho de los últimos nueve años, y cuando aumenta el
déficit fiscal, aunque aún es pequeño con relación al PIB.
La suspensión del contrato con Talgo, propiedad de la familia Oriol y
los fondos Trilantic y MCH, se añade a otras disputas entre Argentina y
España. El Gobierno de Mariano Rajoy había respondido a la expropiación
de YPF con el bloqueo al biodiésel argentino, medida que finalmente revocó porque estaba elevando los precios de los combustibles en España.
El Ejecutivo español también está retrasando el desembolso de
créditos de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID) para
Argentina, en alianza con EE UU y Alemania.
Está en duda si Fernández viajará o no a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, del 16 y 17 de noviembre.
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