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jueves, 6 de septiembre de 2012

Todos los uruguayos son donantes de órganos, salvo voluntad negativa explícita

La Cámara de Representantes se embarcó ayer en un arduo debate sobre uno de los proyectos de ley más profundos y delicados de los últimos años, referido a la donación de transplante de células, órganos y tejidos.

El debate parlamentario atravesó a todos los partidos políticos por igual, en virtud de que se consideró la donación de órganos desde el punto de vista médico, jurídico, personal, incluso religioso y filosófico.

Se trata de una normativa revolucionaria por la cual la no expresión sobre la donación se tomará como “donación tácita”.

Durante un debate tan intenso como delicado, el diputado frenteamplista, Doreen Ibarra confesó, al borde del llanto, que en el mismo momento que se debatía la iniciativa, su hijo estaba internado en virtud de que su organismo realizó un “pre rechazo” ya que es una persona transplantada.

“Consideré que debía estar acá para hablar del tema”, dijo Ibarra ante el más absoluto silencio de la Cámara.

Más allá de la argumentación a favor del proyecto, al que calificó de “solidario”, porque es necesario tener en cuenta la vida, a los jóvenes y niños que están expectantes para lograr un órgano”.

Dijo que al ver las cosas desde el punto de vista jurídico muchas veces “no se tiene en cuenta a los ciudadanos que han sido transplantados o están esperando en una larga lista para lograr un órgano que les permita seguir viviendo, y tampoco a sus familiares que a lo largo de los años ven que se va extinguiendo la vida de su allegado”.

Por su parte, el nacionalista Jorge Gandini, quien se opuso al proyecto, al igual que otros parlamentarios blancos, dijo que la donación debe ser un “acto libre” y de “responsabilidad”. Acotó que el “consentimiento presunto no es adecuado, porque no es bueno dejar en manos del Estado la decisión sobre la donación de órganos y tejidos”.

Durante la discusión de la iniciativa, que resultó aprobada por amplia mayoría, se planteó la posibilidad de que fuera remitida nuevamente a Comisión para proseguir con su análisis, lo que de todas maneras fue rechazado.

El texto de la ley

En la iniciativa se establece que “toda persona mayor de edad que, en pleno uso de sus facultades, no haya expresado su oposición a ser donante, se presumirá que ha consentido a la ablación de sus órganos, tejidos y células en caso de muerte, con fines terapéuticos o científicos”.

Asimismo, se establece que toda persona mayor de edad en pleno uso de sus facultades podrá en vida manifestar su consentimiento o negativa para que en caso de sobrevenir su muerte, su cuerpo sea empleado, total o parcialmente, para usos de interés científico o extracción de órganos, tejidos o células con fines terapéuticos. Dicho consentimiento o negativa podrán ser revocados en todo momento.

Por otro lado se establece que en los casos en que la causa de la muerte amerite pericia forense, “la ablación deberá ser realizada con la autorización del Juez Penal, previo informe del Médico Forense, la que será inapelable y debidamente fundada”.

En el caso de menores de edad o personas incapaces, el consentimiento a la extirpación deberá ser otorgado por su representante legal, al momento de constatarse el deceso. En caso que la muerte amerite pericia forense, serán considerados donantes, aplicándose el inciso anterior”.

El proyecto ya había sido sancionado en Senado por lo que ahora deberá ser promulgado por el Ejecutivo. La entrada en vigencia de la norma será a partir de un año.

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