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lunes, 2 de julio de 2012

La subida del IVA de Rajoy, nuevo golpe a las economías domésticas

El Gobierno de Rajoy ha anunciado que está estudiando elevar los tipos reducidos del IVA para aumentar los ingresos de las arcas públicas y tratar así de frenar el fuerte incremento del déficit público. Se trata de una medida que, según la OCU, tendrá un coste para cada familia de 877 euros al año y que, además, puede detraer el consumo, con lo que la esperada inyección de fondos a las arcas públicas puede que ni siquiera se produzca.

Joseba SALBADOR |

«La subida del IVA es un sablazo de mal gobernante a los ciudadanos que ya están pagando muy duramente la crisis». Por increíble que parezca, se trata de una cita textual del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy (PP), pero hace dos años, cuando el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) acordó una subida del tipo general del IVA del 16% al 18% y del tipo reducido del 7% al 8%.

Ahora, dos años después, el Gobierno del PP anuncia que estudia una nueva subida, en vista de los malos datos de los ingresos fiscales. Así se lo han recomendado organismos internacionales como el FMI, la OCDE o el Ecofin, y este pasado viernes los jefes de Estado de la UE, que temen que el Estado español no alcance los objetivos de déficit fijados para este año. De hecho, en solo cinco meses ya ha alcanzado el 3,41%, cuando la cifra pactada para todo el año 2012 con la UE era del 3,5% del PIB.

Pero esta subida de los tipos impositivos no es más que una solución a corto plazo para enderezar un problema urgente como es el déficit. A medio plazo, sin embargo, puede provocar un problema aún mayor, ya que el incremento de los precios detraerá el consumo y ello dificultará el crecimiento económico.

Según los datos trascendidos hasta el momento, el incremento no sería del tipo general, pese a que el IVA español se mantiene por debajo de la media europea -ver cuadro adjunto-, sino a través de la subida o la eliminación de los tipos reducidos, con los que se gravan los alimentos, los medicamentos, el transporte o los servicios de hostelería, entre otros.

Un euro de cada cinco

La explicación de todo ello es que una subida del tipo general, además de suponer una nueva carga para el consumidor, no acarrearía un aumento de los ingresos ya que, por un lado, el incremento de los precios de los productos detrae el consumo y, por otro, puede impulsar el fraude fiscal. Hay que tener en cuenta que a la hora de pagar cualquier factura, de cada 5 euros que se pagan, 1 corresponde al IVA, lo que llevará a muchos consumidores a no pedir factura para ahorrarse ese 10%. Es lo que sucedió tras la anterior subida decretada por el PSOE.

Por ello, lo que se plantea ahora es bien elevar los gravámenes del tipo reducido (8%) o del superreducido (4%) o bien traspasar los tipos de productos que se acogen a ellos a las franjas superiores. Así, podrían pasar al tipo general (18%) algunos de los productos que se acogen actualmente al tipo reducido, como son la mayoría de productos alimenticios, productos sanitarios, transporte, servicios de hostelería, vivienda, espectáculos culturales o servicios de limpieza. Asimismo, algunos de los artículos que se acogen al tipo superreducido podrían pasar al tipo reducido, como son los alimentos de primera necesidad, libros, periódicos y revistas, medicamentos, coches, prótesis para minusválidos y viviendas de protección oficial.

En definitiva, una modificación al alza de estos tipos supondría una nueva carga para todos los consumidores, ya que el IVA constituye un impuesto indirecto que no hace distinciones, por lo que quienes más lo notarán serán aquellos a quienes mayor esfuerzo supone llenar la cesta de la compra. No en vano, la nueva subida tributaria recaerá esencialmente en productos de alimentación, un gasto absolutamente imprescindible.

Gasto medio por hogar

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha echado números y ha calculado que la medida que plantea ahora el Gobierno español supondría de media un coste de 877,25 euros al año por familia.

Para efectuar este cálculo, la OCU ha utilizado la encuesta sobre presupuestos familiares que elabora el Instituto Nacional de Estadística. A partir de esta encuesta, de la que se deduce que el gasto medio por hogar en el año 2010 fue de 29.782 euros, se puede calcular el efecto de la subida para el consumidor porque desagrega el gasto por grupos.

De hecho, la OCU hizo lo mismo cuando el Gobierno del PSOE elevó la tasa general del IVA al 18% y la reducida al 8%, cambios que tuvieron un coste medio de 288,54 euros al año por familia. Ahora, la eliminación de los tipos reducidos multiplicaría por tres el impacto de la anterior subida, ya que recaerá en productos de primera necesidad, no prescindibles.

Una alternativa simple: el impuesto a las transacciones financieras

El Gobierno español va a optar por el aumento del IVA de los productos de primera necesidad para equilibrar sus cuentas. Es una de las medidas que le exigieron el viernes los líderes de la UE, aunque Bruselas también plantea la posibilidad de suprimir algunas de las exenciones actualmente en vigor. Y es aquí donde entraría en escena el impuesto a las transacciones financieras -actualmente exentas de IVA- y cuya aplicación, además de resultar menos gravosa para el ciudadano de a pie, supondría un mayor nivel de recaudación.

La propia asociación de Técnicos del Ministerio español de Hacienda (Gestha) ha hecho números y ha concluido que su aplicación supondría una recaudación de 5.000 millones al año, además de resultar más justa y equitativa que el aumento de las bases y tipos del IVA.

El gravamen de las transacciones financieras, que ya cuenta con el visto bueno del Parlamento Europeo, contribuiría además a reducir la especulación financiera y estabilizar los mercados, todo ello sin conllevar una salida del capital, ya que los costes de esta evasión serían superiores al propio pago de la tasa.

Se calcula que la especulación financiera mueve anualmente en todo el mundo unos 3.300 billones de euros, cifra 70 veces superior que el PIB mundial, y su contribución a las arcas públicas a través de impuestos es muy baja.

A su parecer, este tamaño es el que explica, en gran medida, el poder que ejerce la presión de los mercados sobre la política económica de los países europeos que están sufriendo con más virulencia la crisis de la deuda. GARA

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