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viernes, 6 de julio de 2012

Cuba exhorta desde ONU a erradicar tráfico ilícito de armas


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Naciones Unidas, 6 jul (PL) Cuba exhortó en Naciones Unidas a alcanzar un acuerdo internacional que contribuya a prevenir, combatir y erradicar el tráfico ilícito de armas, cuyas negativas consecuencias -denunció- sufren muchas personas y Estados en el mundo.

Al intervenir ante la Conferencia de la ONU sobre el comercio de armas, el representante de Cuba, embajador Rodolfo Benítez Verson, aclaró que su país no apoyará ningún tratado que afecte los legítimos intereses de defensa y seguridad nacional de la isla antillana.

Tampoco apoyaremos un instrumento que no sea plenamente consistente con los principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas, incluyendo la no injerencia en los asuntos internos, el respeto a la igualdad soberana, la independencia política y la integridad territorial, subrayó el diplomático.

Benítez Verson agregó que es igualmente condición indispensable que el futuro instrumento no afecte o limite, de manera alguna, el derecho a la legítima defensa consagrado en el artículo 51 de la Carta de la ONU.

No compartimos la posición de los que identifican el éxito de esta Conferencia con la adopción el próximo 27 de julio, a cualquier precio, de un Tratado sobre Comercio de Armas, cualquiera que este sea, acentuó el delegado cubano durante su alocución ante el plenario.

Para Cuba, el verdadero éxito estará en lograr un instrumento sólido, universal y efectivo que sea resultado de un proceso inclusivo y transparente, que tome debidamente en cuenta las posiciones y preocupaciones de todos los Estados, enfatizó Benítez.

Estamos en una Conferencia compleja. No existen precedentes en muchos años en el que todos los Estados Miembros de Naciones Unidas se hayan reunido para adoptar en cuatro semanas un pacto legal jurídicamente vinculante sobre armamentos, comentó.

El embajador Benítez Verson apuntó que "el Tratado que discutimos es particularmente complejo, se refiere a armas que poseen casi todos los Estados. Para la gran mayoría de los países, las armas convencionales son un componente importante en sus estrategias de defensa", acotó.

Notamos con preocupación -dijo- que algunos insisten en propuestas excesivamente ambiciosas y poco realistas, y tratan de minimizar o incluso desconocer, las legítimas preocupaciones de otros.

Hacemos un llamado a actuar sobre la base de metas razonables y prácticas, para lograr un instrumento efectivo y viable. Favorecemos un texto lo más simple posible, que no se convierta en una carga adicional, señaló el representante cubano.

"Cuba no apoyará ningún criterio que pueda ser aplicado de manera discriminatoria y selectiva o que pueda ser fácilmente manipulado para establecer condiciones y ejercer presiones", aclaró el delegado de La Habana.

Abogaremos por un instrumento que preserve y garantice plenamente el derecho de todo Estado a fabricar, importar y poseer armas para su legítima defensa y sus necesidades de seguridad, reafirmó Benítez.

Indicó que un criterio de mucha relevancia es la prohibición de la transferencia de armas a actores no estatales o que no estén debidamente autorizados por los Estados. Ello debe quedar claramente reflejado en el Tratado, dijo.

Igualmente, promoveremos la prohibición de transferencia de armas a Estados que lleven a cabo acciones de fuerza o amenaza del uso de la fuerza en contravención con lo dispuesto en la Carta de Naciones Unidas, incluyendo actos de agresión, adelantó el diplomático.

La Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre comercio de armas reanudó el 4 de julio sus sesiones, tras solucionar discrepancias acerca del status de las representaciones de Palestina y la Santa Sede en el evento.

La inauguración oficial tuvo lugar después que se decidió que los palestinos y el Vaticano mantuvieran su condición de observadores en el encuentro, que finalizará el 27 de julio próximo y prevé la aprobación de un Tratado sobre Comercio de Armas (TCA).

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que el objetivo común de los participantes es lograr un TCA robusto y de obligatorio cumplimiento, con un impacto real en las vidas de millones de seres humanos que sufren los conflictos armados, la represión y la violencia.

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