Damasco, 30 may (PL) Las acciones de países occidentales complican hoy una solución política a la crisis en Siria, según reflejan los acontecimientos de los últimos días.
Pese a los llamados del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, para poner fin a la violencia "ahora y no mañana", como expresó aquí en conferencia de prensa, los pasos que da Occidente apuntan a alentar más la crisis.
El diplomático ghanés transmitió a las autoridades sirias "la grave preocupación de la comunidad internacional con respecto a la violencia en el país, incluyendo el incidente que ocurrió en Houla".
Señaló que el Consejo de Seguridad solicitó una investigación sobre lo ocurrido en ese poblado, donde fueron masacrados más de un centenar de personas, incluidos 32 niños, lo que se convirtió en pretexto de Occidente para arreciar sus sanciones y presiones contra esta nación árabe.
He observado que el gobierno sirio lleva a cabo una investigación sobre este incidente y esto es algo alentador, subrayó.
Sin embargo, la decisión de varios países occidentales de expulsar a embajadores y personal diplomático sirio es una medida apresurada e injustificada que pretende hacer caer la responsabilidad en el gobierno local, estiman comentaristas.
El enviado de la ONU reconoció que existió a partir del 12 de abril pasado cierta calma en el país y "ahora no hay ninguna razón para que no se detenga la violencia otra vez", en aparente referencia al incremento de las acciones en los días que antecedieron a su llegada a Damasco.
Al respecto, el llamado del emisario "a todos los países que tienen influencia a ejercer presión sobre el Gobierno y todas las partes para lograr un cese de la violencia en todas las regiones", contrasta con lo que hacen los enemigos de Siria.
La víspera, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, alertó que algunos países hacen caso omiso al pedido aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU para efectuar una investigación en los sucesos de Houla en Siria.
El jefe de la diplomacia rusa manifestó su preocupación por la intención de utilizar deliberadamente esos eventos como pretexto para presentar demandas sobre la necesidad de adoptar acciones militares.
Criticó a presuntos representantes del pueblo sirio en el exterior, como Bourhan Ghaliun, quien incita a la violencia "hasta que el Consejo de Seguridad emita su aprobación para una intervención militar extranjera", acciones contrarias al plan de Annan, dijo.
Por otra parte, el comercio y contrabando de armas hacia Siria desde naciones vecinas conspira notablemente contra los intentos de encontrar una salida política al problema.
Según la televisora Rusa Today, Líbano se ha convertido en la principal fuente de provisión y contrabando de armas a la oposición, a la vez que la presencia de elementos de las fuerzas especiales británicas y cataríes dentro de Siria, complican aún más la crisis.
Por otra parte, el diario británico The Times denunció el lunes último la escalada que realizan los países del Golfo, especialmente Arabia Saudita y Catar, con su apoyo a los terroristas en Siria a través del suministro de grandes cantidades de dinero y pertrechos bélicos.
Fuentes citadas por el Times aseguran que Riad y Doha han ido mucho más allá de sus compromisos, y que ambos trabajan actualmente y en conjunto con Estados Unidos y sus aliados en la región, para transportar armas a esta nación del Levante.
El diplomático ghanés transmitió a las autoridades sirias "la grave preocupación de la comunidad internacional con respecto a la violencia en el país, incluyendo el incidente que ocurrió en Houla".
Señaló que el Consejo de Seguridad solicitó una investigación sobre lo ocurrido en ese poblado, donde fueron masacrados más de un centenar de personas, incluidos 32 niños, lo que se convirtió en pretexto de Occidente para arreciar sus sanciones y presiones contra esta nación árabe.
He observado que el gobierno sirio lleva a cabo una investigación sobre este incidente y esto es algo alentador, subrayó.
Sin embargo, la decisión de varios países occidentales de expulsar a embajadores y personal diplomático sirio es una medida apresurada e injustificada que pretende hacer caer la responsabilidad en el gobierno local, estiman comentaristas.
El enviado de la ONU reconoció que existió a partir del 12 de abril pasado cierta calma en el país y "ahora no hay ninguna razón para que no se detenga la violencia otra vez", en aparente referencia al incremento de las acciones en los días que antecedieron a su llegada a Damasco.
Al respecto, el llamado del emisario "a todos los países que tienen influencia a ejercer presión sobre el Gobierno y todas las partes para lograr un cese de la violencia en todas las regiones", contrasta con lo que hacen los enemigos de Siria.
La víspera, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, alertó que algunos países hacen caso omiso al pedido aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU para efectuar una investigación en los sucesos de Houla en Siria.
El jefe de la diplomacia rusa manifestó su preocupación por la intención de utilizar deliberadamente esos eventos como pretexto para presentar demandas sobre la necesidad de adoptar acciones militares.
Criticó a presuntos representantes del pueblo sirio en el exterior, como Bourhan Ghaliun, quien incita a la violencia "hasta que el Consejo de Seguridad emita su aprobación para una intervención militar extranjera", acciones contrarias al plan de Annan, dijo.
Por otra parte, el comercio y contrabando de armas hacia Siria desde naciones vecinas conspira notablemente contra los intentos de encontrar una salida política al problema.
Según la televisora Rusa Today, Líbano se ha convertido en la principal fuente de provisión y contrabando de armas a la oposición, a la vez que la presencia de elementos de las fuerzas especiales británicas y cataríes dentro de Siria, complican aún más la crisis.
Por otra parte, el diario británico The Times denunció el lunes último la escalada que realizan los países del Golfo, especialmente Arabia Saudita y Catar, con su apoyo a los terroristas en Siria a través del suministro de grandes cantidades de dinero y pertrechos bélicos.
Fuentes citadas por el Times aseguran que Riad y Doha han ido mucho más allá de sus compromisos, y que ambos trabajan actualmente y en conjunto con Estados Unidos y sus aliados en la región, para transportar armas a esta nación del Levante.
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