Diez cabezas humanas, siete de hombres y tres de mujeres, aparecieron este domingo en Teloloapan, estado de Guerrero. Las cabezas estaban tiradas en el matadero municipal y junto a ellas aparecieron carteles y leyendas firmados por una banda rival: "Esto les va a pasar a todos los que apoyan a la F.M. putos secuestradores de mierda ya no sigan viviendo del pueblo", dijo la policía, que encontró las cabezas tras una llamada telefónica.
Policías y militares barren ahora la zona en busca de los cuerpos. Aún se desconoce la identidad y origen de las víctimas, que tenían entre 25 y 35 años. En esta zona del país, en la frontera entre los estados de Guerrero y Michoacán (Oeste), la violencia no se detiene. El viernes pasado un grupo armado secuestró al subsecretario de Asuntos Políticos de Guerrero, Víctor Aguirre Alcaide, y a otras dos personas más que viajaban en una camioneta. Un alto funcionario, que formó parte del equipo del gobierno Ángel Aguirre, y que ahora actuaba como operador político del PRD y que fue liberado al día siguiente.
Teloloapan se ubica en la región de 'Tierra Caliente' de Guerrero, donde se enfrentan los cárteles de 'La Familia' y una rama de 'Los Caballeros Templarios'. Aunque el nombre de los cárteles enfrentados recuerde más a las cruzadas que al crimen organizado (connotaciones religiosas incluidas) la realidad es que es una de las zonas más bellas y violentas del país.
Tanto 'La Familia' como 'Los Caballeros templarios' funcionan casi como sectas religiosas y controlan el tráfico de metanfetaminas, marihuana y heroína en la zona. EN los últimos meses han sufrido importantes golpes en su contra que han descabezado su estructura, lo que ha generado más violencia.
Se da la paradoja de que Guerrero se acogió al plan 'Guerrero Seguro' que implicó la movilización de miles de soldados para intentar pacificar la región.
Las decapitaciones se han convertido en un método habitual de venganzas entre los cárteles. De esta forma no sólo matan sino que también salen en televisión. Desde la llegada de Felipe Calderón al poder, en 2006, más de 50.000 personas han muerto en la guerra "entre" y "contra" los cárteles que vive el país. Una estrategia aplaudida por Estados Unidos pero muy cuestionada al interior ante el incremento de la violencia.
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