La Comisión Municipal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado hoy una modificación de la ordenanza de convivencia ciudadana en el espacio público para prohibir directamente la prostitución en la calle y sancionar a clientes y prostitutas sin previo aviso, de forma especial a los clientes.
La modificación, que saldrá a exposición pública durante 30 días para que puedan presentarse alegaciones, ha sido aprobada inicialmente con el voto a favor del PP, autor de la propuesta, y de CiU, mientras que el resto de los grupos municipales se han opuesto.
La propuesta del PP modificará los artículos 39 y 40 de la actual ordenanza de civismo, que establecía el aviso previo a clientes y prostitutas antes de imponer las multas. Desde que se aprobó la ordenanza de civismo, en 2006, los agentes de la Guardia Urbana primero advierten a las prostitutas y a los clientes, y después sancionan cuando los tratos se producen en determinadas circunstancias. Por ejemplo, a menos de 200 metros de escuelas o monopolizando el espacio público. A partir de la modificación, la prohibición será genérica si los tratos para el intercambio se producen en la calle. El cambio comportará también un endurecimiento de las sanciones para los clientes.
Las razones del voto contrario, tanto de los socialistas como de ICV-EUiA y Unitat per Barcelona (UxB), son fundamentalmente dos: que un ayuntamiento no puede entrar en materia del Código Penal -que no prohíbe el ejercicio de la prostitución- y que con una prohibición total se esconde el problema de las calles y con ello se dificulta el trabajo de los equipos sociales y entidades que trabajan con las mujeres. La medida que se ha aprobado inicialmente hoy está en plena sintonía con la postura del alcalde de la ciudad, Xavier Trias, que defiende la tesis abolicionista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario