El único testigo de la masacre, un vecino de catorce años, dijo a la Policía que un sujeto saltó al patio trasero de la familia Miguel y al grito de "voy a matarlos a todos" entró a la casa blandiendo un cuchillo.
El chico contó que se puso a salvo metiéndose bajo la cama de su amigo Eliecer, una de las víctimas del asesino. Fue entonces cuando uno de los agentes reparó en que el sobreviviente tenía una herida sangrante en la mano.
Mientras que el menor rectificaba su versión de los hechos en la comisaría, en el escenario del crimen la fiscal de Delitos Complejos, Claudia Ríos, ordenaba el levantamiento de los cuerpos de Eliecer, de 10 años, de su madre adoptiva Mónica Miguel y de los abuelos Sara García y de Alí Miguel, ambos jubilados de 79 y 84 años respectivamente.
Es la segunda vez en menos de 20 días que un cuádruple crimen estremece a los argentinos. La Justicia aún no termina de investigar el asesinato múltiple de La Plata, que tuvo como víctimas a Micaela Galle, de 11 años junto con su madre, su abuela y una amiga de la familia.
En esta ocasión los hechos resultan todavía más escalofriantes, pues involucran como presuntos asesinos a dos personas de corta edad.
La tragedia ocurrió pasadas las 21 horas cuando el testigo clave y presunto asesino se encontraba en la casa de la familia Miguel ubicada en 8 de Mayo, un barrio de humildes trabajadores, a 10 kilómetros de la ciudad de Mendoza. En su nuevo testimonio, el adolescente que mencionamos relató que él y su amigo Eliecer discutieron por un juego de computadora.
El pequeño enfureció aún más cuando sus mayores trataron de calmarlo; cogió un cuchillo y atacó primero a su madre adoptiva, que lo cría desde los dos años, y luego a los abuelos. El cuerpo de Mónica Miguel, maestra de 49, presentaba 21 estocadas. Los de Sara y Miguel tenían heridas menos profundas (aunque mortales) lo que hace suponer que el agresor estaba cansado cuando los atacó.
El chico de 14 años confesó haber matado a Eliecer en defensa propia y con otra cuchilla. Los investigadores hallaron dos armas cortantes en las tres habitaciones en que se dividía la escena del crimen.
El jefe de la Policía de Mendoza, Juan Carlos Caleri, informó de que Eliecer estaba bajo tratamiento psiquiátrico por recurrentes episodios de violencia familiar.
Al trascender estos datos, los vecinos que se habían congregado a reclamar "seguridad justicia" frente a la vivienda que permanecía acordonada, se retiraron enmudecidos a sus hogares.
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