París, 7 nov (PL) La población francesa aguarda hoy con preocupación las medidas de austeridad decididas por el gobierno del presidente Nicolás Sarkozy para equilibrar su presupuesto y reducir los costos de la deuda pública.
El anuncio lo hará el primer ministro, François Fillón, después del mediodía, cuando finalice una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros convocada para aprobar el plan, con el cual se espera ahorrar entre siete mil y ocho mil millones de euros en 2012.
Durante el fin de semana Fillón advirtió que el presupuesto del año próximo será el más riguroso conocido por los franceses desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo del proyecto es disminuir gradualmente la deuda pública, equivalente en estos momentos al 82,3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Recientemente el ejecutivo anunció que el crecimiento económico de Francia este año será inferior a lo previsto y lo situó en el uno por ciento, insuficiente para enfrentar las obligaciones del país.
Los diarios Le Monde, Les Echos y Le Figaro, coinciden en que las medidas comprenden la aceleración de la puesta en vigor del nuevo plan de retiros, el cual elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años y debería estar completado en 2018.
También se prevé una rebaja en las ayudas sociales para el alojamiento, seguros médicos y otras necesidades de las familias más pobres.
En cuanto al Impuesto al Valor Agregado, los medios descartan un aumento generalizado de la tasa del cinco por ciento por el impacto que tendría en el precio de los alimentos de primera necesidad, pero algunas actividades, como hotelería y restaurantes, pagarán más.
Aunque se desconoce oficialmente todo el abanico de opciones que presentará el gobierno, se espera un nuevo impuesto a las empresas y mayores restricciones en el gasto y la capacidad de endeudamiento de los ministerios.
El candidato presidencial del Partido de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, criticó el proyecto por sus efectos negativos para la población y reclamó un programa para reactivar la economía por medio de un aumento en la capacidad de compra de los trabajadores.
Por su parte, François Hollande, aspirante al Elíseo por el Partido Socialista, aseguró que las medidas de austeridad deberían comenzar por eliminar las exoneraciones fiscales, favorables a las grandes empresas y los sectores con mayores ingresos.
El anuncio lo hará el primer ministro, François Fillón, después del mediodía, cuando finalice una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros convocada para aprobar el plan, con el cual se espera ahorrar entre siete mil y ocho mil millones de euros en 2012.
Durante el fin de semana Fillón advirtió que el presupuesto del año próximo será el más riguroso conocido por los franceses desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo del proyecto es disminuir gradualmente la deuda pública, equivalente en estos momentos al 82,3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Recientemente el ejecutivo anunció que el crecimiento económico de Francia este año será inferior a lo previsto y lo situó en el uno por ciento, insuficiente para enfrentar las obligaciones del país.
Los diarios Le Monde, Les Echos y Le Figaro, coinciden en que las medidas comprenden la aceleración de la puesta en vigor del nuevo plan de retiros, el cual elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años y debería estar completado en 2018.
También se prevé una rebaja en las ayudas sociales para el alojamiento, seguros médicos y otras necesidades de las familias más pobres.
En cuanto al Impuesto al Valor Agregado, los medios descartan un aumento generalizado de la tasa del cinco por ciento por el impacto que tendría en el precio de los alimentos de primera necesidad, pero algunas actividades, como hotelería y restaurantes, pagarán más.
Aunque se desconoce oficialmente todo el abanico de opciones que presentará el gobierno, se espera un nuevo impuesto a las empresas y mayores restricciones en el gasto y la capacidad de endeudamiento de los ministerios.
El candidato presidencial del Partido de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, criticó el proyecto por sus efectos negativos para la población y reclamó un programa para reactivar la economía por medio de un aumento en la capacidad de compra de los trabajadores.
Por su parte, François Hollande, aspirante al Elíseo por el Partido Socialista, aseguró que las medidas de austeridad deberían comenzar por eliminar las exoneraciones fiscales, favorables a las grandes empresas y los sectores con mayores ingresos.
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