La Luna puede ser bastante más joven de lo que se pensaba hasta ahora. Una roca traída del satélite terrestre por los astronáutas de una de las misione Apollo de la NASA, ha servido para rejuvenecerla unos 200 millones de años, lo que podría cambiar lo que se sabe de su historia.
Hasta ahora, la hipótesis más aceptada por los científicos es la que defiende que la Luna se formó cuando un cuerpo espacial, con un tamaño similar a Marte, colisinó con la Tierra, provocando que saliera despedida una gran cantidad de materia, desechos que al fundirse, dieron lugar al satélite.
Más adelante, la corteza de la Luna se solidificó durante varios cientos de años. Los datos que se han recabado con sondas orbitales indican que en un principio hubo allí un océano de magma, cuyas evidencias son minerales como la plagioclasa, que cristaliza en la parte superior del magma.
Ahora, los científicos, bajo la dirección de James Connelly, del Museo de Historia Natural de Dinamarca, y Lars Borg, del Lawrence Livermore National Laboratory de California, publican en la revista 'Nature' que la plagioclasa lunar que hay en las rocas lunares no confirman claramente esa historia, dado que tendrían apenas 4.360 millones de años, lo que indicaría que se formaron unos 200 millones de años después del Sistema Solar, y no unos 30 millones de años más tarde, como se pensaba.
El equipo de Borg fue el responsable de eliminar la posible contaminación terrestre que había acumulado la roca, utilizando un ácido que acababa con su primera capa.
Según los investigadores, este 'rejuvenecimiento' lunar significaría que el impacto con el cuerpo estelar ocurrió más tarde, o que no hubo en sus inicios un océano de magma que cubría su superficie. "Esta nueva datación del satélite podría cambiar su historia geoquímica", apuntaba Richard Carlson, otro de los miembros del equipo.
Otros expertos, en declaraciones a 'New Scientist' apuntan que puede que la plagioclasa que está en la roca pudo derretirse después de que la Luna se formara. "Hay diversos minerales que solidifican en temperaturas diferentes, así que si un mineral pesado solidificara antes que otro más ligero que está debajo, se hundiría, empujando el magma hacia arriba. Esto podía derretir la plagioclasa y reajustar su edad", ha señalado Clive Neal, de la Universidad de Notre Dame, en Francia.
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