Trípoli, 19 ago (PL) Esta capital sufre hoy una nueva oleada de ataques por aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), mientras fuerzas insurgentes reivindicaron nuevos avances en tierra, sin confirmar por medios oficiales libios.
Densas columnas de humo se levantan en la zona de Bab el Aziziya, donde está la residencia del líder libio Muamar el Gadafi, y los distritos de la periferia oeste de esta metrópoli que es más larga que alta, debido a la reticencia de las familias musulmanas a residir en condominios.
Los bombardeos ocurren en medio del mes sagrado islámico de Ramadán que los creyentes en esa confesión monoteísta dedican al ayuno y la oración.
Zawiya, una disputada ciudad a 50 kilómetros al oeste de esta capital, también sufrió el martilleo constante de las bombas de alto poder destructivo que la alianza atlántica arroja sobre este país norafricano desde hace más de cinco meses.
Tropas leales al gobierno enfrentan a fuerzas insurgentes, asesoradas por especialistas occidentales, sin que esté claro si alguno de los contendientes tiene el control efectivo de esa zona.
Desde mediados de semana portavoces del autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT) se adjudican importantes conquistas territoriales en las zonas de Bazh, Gananat y Ahamada, así como en Zlitane, pero los portavoces oficiales libios los desmintieron.
Asimismo aseguraron que estrechan el cerco sobre Trípoli, mientras funcionarios estadounidenses afirmaron que "los días de Gadafi están contados".
A fines de la semana pasada el propio Gadafi en una llamada telefónica a una emisora radial aseguró que los medios transnacionales de información desarrollan una guerra sicológica contra su país e instó a la población a armarse "contra las ratas y los nuevos colonialistas" (el CNT y la OTAN, por ese orden).
Densas columnas de humo se levantan en la zona de Bab el Aziziya, donde está la residencia del líder libio Muamar el Gadafi, y los distritos de la periferia oeste de esta metrópoli que es más larga que alta, debido a la reticencia de las familias musulmanas a residir en condominios.
Los bombardeos ocurren en medio del mes sagrado islámico de Ramadán que los creyentes en esa confesión monoteísta dedican al ayuno y la oración.
Zawiya, una disputada ciudad a 50 kilómetros al oeste de esta capital, también sufrió el martilleo constante de las bombas de alto poder destructivo que la alianza atlántica arroja sobre este país norafricano desde hace más de cinco meses.
Tropas leales al gobierno enfrentan a fuerzas insurgentes, asesoradas por especialistas occidentales, sin que esté claro si alguno de los contendientes tiene el control efectivo de esa zona.
Desde mediados de semana portavoces del autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT) se adjudican importantes conquistas territoriales en las zonas de Bazh, Gananat y Ahamada, así como en Zlitane, pero los portavoces oficiales libios los desmintieron.
Asimismo aseguraron que estrechan el cerco sobre Trípoli, mientras funcionarios estadounidenses afirmaron que "los días de Gadafi están contados".
A fines de la semana pasada el propio Gadafi en una llamada telefónica a una emisora radial aseguró que los medios transnacionales de información desarrollan una guerra sicológica contra su país e instó a la población a armarse "contra las ratas y los nuevos colonialistas" (el CNT y la OTAN, por ese orden).
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