Sergio, Lluna y Jordi son tres miembros de las Brigadas Vecinales de observación de Derechos Humanos que han presentado esta mañana el informe 2010-2011 sobre los controles de identidad racistas en Madrid.
Los participantes se han quejado de las declaraciones del ex ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado mes de febrero cuando afirmó que "no hay redadas en nuestro país". "El elevado número de controles expone la importancia que le da el Ministerio del Interior a registrar a las personas sin identificación", ha expuesto LLuna.
Los brigadistas han recogido datos, a través de la observación y documentación, en las situaciones donde dicen el cuerpo nacional de policía "ha vulnerado los derechos humanos" en la realización de controles de identificación determinados "por la apariencia de las personas con criterios discriminatorios, racistas, clasistas y xenófobos." Esto, según Jordi, se encuentra fuera de la legalidad "infringiendo el derecho a la libertad y, por tanto, la Constitución", además de "no encontrarse en la Ley de Extranjería" recogido.
Consecuencias en la vida de los inmigrantes
Las redadas provocan "graves consecuencias" en la vida de la personas susceptibles de ser identificadas, ha informado Sergio. Se les somete a prácticas de hostigamiento y represión que generan miedo. "Las víctimas de los controles notan que lo hacen por su origen".
Un ejemplo de esto, ha dicho Sergio, "fue una familia que desde Quito observó por la cámara web del ordenador de un locutorio cómo hacían una redada en el lugar y a un familiar". Los controles acaban por producir "una interiorización del miedo", ha descrito Sergio, "y el miedo genera una sensación de inferioridad".
Los componentes de las Brigadas Vecinales, reprochan que este tipo de prácticas "acabe identificando la inmigración con la delincuencia".
Los controles
El tipo de control más habitual "es el de discreción y menor visibilidad", han descrito los portavoces, normalmente menos de seis agentes. La policía "no suele ir uniformada" ya que "buscan el factor sorpresa".
Se realizan en "espacio de tránsito, coartando el uso y disfrute de los mismo", analizaba Lluna, un 66% de los controles se hacen en las entradas y saldas del metro o intercambiadores (metro Oporto, Intercambiador Avenida América, metro Usera o la plaza de Lavapiés).
Han señalado que en muchas ocasiones se ha obstaculizado la labor de las Brigadas Vecinales y manifestaron que en estos momentos "están estudiando la posibilidad de emprender acciones jurídicas contra dichas prácticas policiales", que, insisten, son ilegales y atentan contra los derechos fundamentales de las personas.
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