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martes, 28 de junio de 2011

El candidato brasileño, elegido nuevo director de la FAO

GuinGuinBali


El brasileño José Graziano da Silva, de 61 años, será el próximo director de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO), según decidieron ayer los delegados de la organización en Roma. Será quien lidere la difícil batalla contra el hambre en un mundo inmerso en una crisis alimenticia que desde luego, pasa por África, y para eso, la campaña “Derecho a la alimentación. URGENTE" hará llegar al elegido un 'Kit de Supervivencia': “Para que los desafíos de la organización no vuelvan a naufragar”. Incluye desde una cantimplora “para sobrevivir en el desierto de la burocracia” a “repelente de agroindustrias”.

Con 92 a 88 votos, Da Silva se impuso por un estrecho margen al ex ministro de Exteriores español Miguel Ángel Moratinos, de 60 años, el otro favorito, así como al ex ministro de Agricultura austriaco y ex comisario de Agricultura de la Unión Europea Franz Fischler, de 64, y los candidatos indonesio, iraquí e iraní.

Los 180 Estados miembro participaron en la votación. Así, la FAO decidió en su 37ª conferencia celebrada en Roma que el hasta ahora vicedirector de la organización sucediera al senegalés Jacques Diouf, que lleva 18 años en el cargo.

El brasileño, que desde 2006 es también el representante regional de la organización para Latinoamérica y el Caribe, será el primer director latinoamericano de la organización en sus 66 años de historia. Ahora, se enfrentará a la difícil labor de combatir el hambre en un mundo inmerso en una crisis alimenticia, como ya hizo con el programa "Hambre cero" en su país, del que fue una figura clave. Además, tendrá que implementar reformas internas para reducir la pesada y cara estructura de la organización, muy criticada porque dos terceras partes de su personal -de unas 3.600 personas- están asentados en Roma en lugar de en países en desarrollo.

Da Silva, que asumirá el puesto el 1 de enero de 2012, había destacado en su candidatura que casi mil millones de personas mueren de hambre, ante el avance de las tecnologías de producción mejoradas que sin embargo atacan las bases naturales del planeta.

“El gran desafío de la FAO está en el hecho de que no se puede reducir el hambre a un problema de producción de alimentos, sino a un problema de políticas”, afirma sin embargo José María Medina, coordinador de la campaña “Derecho a la alimentación. URGENTE” que hará llegar al brasileño un Kit de superviviencia para lograr que los desafíos de la organización no vuelvan a naufragar. “Hay que recordar que la FAO se creó en 1945 y sus objetivos han fracasado: el hambre no se ha reducido, ha crecido un 18% en los últimos 15 años, alcanzando los 1.000 millones de personas hambrientas”, recuerdan también las ONG que integran esta campaña: Ayuda en Acción, Cáritas Española, Ingeniería Sin Fronteras ApD y Prosalus.

“Hasta el momento la FAO no ha cuestionado con contundencia las normas comerciales, la especulación, la disminución de ayudas a la agricultura familiar, el impacto de los agrocombustibles y, sobretodo, el actual modelo agroindustrial que nos ha llevado a superar la barrera de los mil millones de hambrientos”, asegura Medina. “El próximo director general deberá afrontar estos aspectos con determinación si no quiere que la institución siga fracasando en el mayor reto que tiene la humanidad”, concluye el coordinador de la campaña.

Así, Graziano da Silva contará en este Kit con:

Una BRÚJULA para señalar la dirección del derecho a la alimentación.

La FAO no puede perder el Norte. Su brújula debe estar orientada a que los Estados garanticen el derecho a la alimentación, reconocido por la ONU. El nuevo director de la FAO deberá caminar en línea recta para cumplir este objetivo. Nunca ha habido en el mundo tanta riqueza y tecnología para lograr que nadie muera de hambre.

Una CANTIMPLORA para no morir de sed en el desierto de la burocracia.

La FAO no podrá convertirse en una organización eficaz si continúa con una burocracia interna costosa y complicada. El nuevo director debe hidratar con agua fresca los secos engranajes de la burocracia: los procedimientos deben ser simplificados y reorientados para alcanzar su objetivo.

RACIONES DE EMERGENCIA para sobrevivir a la reducción presupuestaria.

En los últimos años el presupuesto de la FAO se ha «nutrido», sobre todo, con aportaciones voluntarias de gobiernos y entidades privadas. Estos recursos ya alcanzan el 57% de su financiación total, lo que pone en riesgo la independencia de su trabajo. Esta «desnutrición» presupuestaria obliga al próximo director a «alimentar» a la FAO con fondos sostenibles, independientes y duraderos.

REPELENTE DE AGROINDUSTRIAS para evitar las «picaduras» de intereses ajenos a la lucha contra el hambre.

Unas pocas empresas transnacionales de la agroindustria controlan casi la totalidad de la alimentación mundial. Son dueños de casi todo lo que comemos y especulan con los alimentos. El próximo director general de la FAO necesitará un buen «repelente» contra esos intereses que han puesto en riesgo la seguridad alimentaria del planeta.

WALKIE TALKIE para estar al habla con los campesinos.

La clave de la soberanía alimentaria es la apuesta por la agricultura campesina a pequeña escala. Este modelo de producción es menos «vistoso» y menos «atractivo», pero es el más efectivo para luchar contra el hambre y lograr la sostenibilidad medioambiental. Campesinos y campesinas son los actores esenciales con los que la FAO debe «estar al habla» para lograr un desarrollo rural sostenible.

Un MAPA para encontrar las claves de la seguridad alimentaria.

La FAO ha perdido fuerza y la seguridad alimentaria ha quedado en manos de un conjunto de organizaciones que, en algunos casos, no tienen que rendir cuentas a nadie. El mapa de las soluciones señala como imprescindible el fortalecimiento de la FAO en la gobernanza mundial. Debe marcar la ruta con políticas coherentes y reconstruir una voz propia con autoridad y liderazgo.

Unos PRISMÁTICOS para ver de cerca las verdaderas causas del hambre.

Las causas del hambre se encuentran en ámbitos muy diversos: las políticas comerciales, económicas, financieras, sociales… Necesitamos encontrar soluciones mirando de cerca, con nuevos «prismáticos», que enfoquen hacia una producción agrícola orientada a la alimentación de las familias campesinas.

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