Xavier Dupont de Ligonnès, de 50 años de edad, descendiente de la nobleza francesa, está siendo buscado por la policía para esclarecer lo ocurrido a sus cuatro hijos de 13 a 21 años y a su esposa, de 49 años, cuyos cuerpos baleados estaban enterrados en una fosa en el jardín de la casa.
El viernes, uno de los vehículos de la familia, un Citroen C5, fue descubierto en el aparcamiento de un hotel en Roquebrune sur Agens, en el departamento de Var (sureste de Francia), en el otro extremo del país, adonde la familia había vivido antes de instalarse en Nantes.
Las investigaciones se orientaron hacia esa zona luego de detectar una extracción de dinero allí el 14 de abril, precisó una fuente cercana a las investigaciones.
"Todo es posible" pues la situación es aún "confusa", indicaba el jueves a la AFP otra fuente cercana a las pesquisas. Según el fiscal de Nantes, Xavier Ronsin, la noche del 12 de abril el hombre buscado cenó solo y durmió en un albergue en Pontet, departamento de Vaucluse (sudeste). El 14 de abril retiró 30 euros en un cajero automático de Roquebrune sur Agens. "El 15 de abril, después de pasar la noche en un hotel Formule 1" (N de R: cadena de hoteles baratos), Xavier Dupont de Ligonnès "abandonó solo su habitación y dejó su vehículo en cercanías sin tocarlo desde entonces", dijo el fiscal.
El magistrado indicó que los investigadores descubrieron que el paso por la región de Ligonnès coincide con "la fecha de desaparición de una mujer" del departamento de Var. Colette Deromme está desaparecida desde el 14 de abril, precisó el fiscal.
Un vecino de la familia, Fabrice, explicó a la AFP que hace 15 días vio a Xavier de Ligonnès vestido con un short y zapatos naúticos colocando "enormes bolsos en el coche", un "C5". Explicó que a su esposa, Agnès, madre de los cuatro hijos, la vio por última vez el domingo 4 de abril.
A partir de esa fecha la familia ya no fue vuelta a ver.
Fabrice aseguró que "días después", los dos perros labradores "ladraron a muerte durante toda la noche, y luego, silencio absoluto".
Lejos de pensar en un ataque de locura, los investigaciones parecen inclinarse hacia un escenario preparado minuciosamente: el contrato de alquiler de la vivienda fue rescindido; los amigos y la dirección de la escuela a la que iban los más pequeños fueron advertidos por carta que la familia se mudaba al extranjero.
Uno de los primeros elementos que llamó poderosamente la atención de la policía fueron las explicaciones que el padre de familia, que afirmaba ser agente secreto, habría dado a su entorno: el traslado profesional a Australia o Estados Unidos en el marco de un "programa de testigos protegidos".
Los investigadores están además elaborando un estudio de personalidad del padre para intentar determinar algunos elementos que todavía son confusos.
Según el fiscal, Xavier Dupont de Ligonnès estaba a menudo ausente del hogar por razones profesionales. Castaño de cabello corto, cara redonda y anteojos con el marco de metal, el individuo buscado habría sido gerente de una pequeña empresa cerca de Pornic.
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