A la luz de los últimos sondeos -cuya difusión en Perú está prohibida por la ley electoral y sólo pueden ser publicados en el exterior- Ollanta Humala y Keiko Fujimori serían los dos candidatos que este 10 de abril pasarían a la segunda vuelta electoral.
Con más de un 28% de los votos, el ex comandante se consolidaría al igual que en 2006 como el ganador de la primera vuelta, seguido de Keiko, con entre un 21,6% y un 21,4% del sufragio. Según estos resultados, la hija del ex presidente Alberto Fujimori, preso en una cárcel de Perú, se distanciaría del empate técnico que hasta el último domingo mantenía con el ex presidente Alejandro Toledo y con el ex Ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski.
Entre estos dos últimos, los porcentajes de votación varían significativamente según dos encuestas privadas filtradas a la prensa extranjera en Lima. Mientras que la encuestadora IPSOS-Apoyo sitúa al ex presidente y su ex ministro estrella empatados (con un 18,2 y un 18,4% respectivamente), la Compañía Peruana de Estudios y Mercados (CPI) le da a Kuczynski una amplia ventaja de su ex jefe. Con un 19,3%, el economista de 72 años todavía tendría opciones de pasar a segunda vuelta, relegando a Toledo al cuarto puesto con un 15% de los votos.
Según los analistas, en este escenario el voto de los más de 750.000 peruanos en el exterior podría ser decisivo ya que suponen un 3,5% del sufragio. También el del partido de gobierno, el Apra, que no tiene presidenciable después de la renuncia de la ex ministra independiente Mercedes Araoz a representar al histórico partido peruano en estos comicios.
Según Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, un supuesto apoyo del APRA a Toledo o Kuczynski puede arrebatarle a Keiko su pase a la segunda vuelta, dado que la diferencia con sus contendientes es ligeramente mayor al margen de error (+-2%). "Por más que esté fragmentado, el APRA tiene un voto disciplinado e importante que podría llevar al tercero al balotaje (segunda vuelta)", explicó Saavedra en una conferencia de prensa en Lima.
La roca de Keiko
Humala y Keiko aglutinan el voto desideologizado del descontento en un modelo económico que a pesar de crecer a tasas asiáticas no ha logrado vencer la pobreza extrema. Este descontento se plasma en que sólo el 5% de los peruanos está satisfecho con el actual modelo económico neoliberal, según un sondeo de DATUM. El resto quiere cambios o un modelo completamente distinto.
Para los analistas, el secreto del crecimiento de Humala está en una acertada y sostenida campaña para convertirlo a ojos del electorado en una opción de cambio democrático, frente a la imagen de 'antisistema' que lucía en 2006. "A lo largo de su campaña, ha transmitido bien que va a luchar contra la delincuencia y la corrupción, los dos temas que preocupan más a la ciudadanía", consideró Alfredo Torres, de Ipsos Apoyo. Su cambio de discurso le ha permitido crecer en Lima, su plaza más esquiva, y al mismo tiempo mantener su apoyo en los sectores urbanos y rurales del centro y sur del país.
Mientras que la intención de voto de Humala ha pasado de menos de un 10% en diciembre de 2010 a colocarse como presidenciable, el de Keiko se ha mantenido en torno al 20% como una roca. Su nicho electoral es el mismo ganado por su padre a golpe de medidas asistencialistas y populistas. Keiko mantiene durante su campaña muy vivo el recuerdo de su progenitor, 'el Chino', y pregona sus obras públicas como comodín electoral. "Soy hija de Alberto Fujimori a mucha honra", proclamó en el último debate electoral tras las alusiones de Toledo a la corrupción, las violaciones de derechos humanos y el déficit fiscal del gobierno de su progenitor.
Ante el crecimiento en las encuestas de Humala y Keiko, el ganador del premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien anteriormente calificó esta posibilidad como "elegir entre el sida y el cáncer", declaró en CNN que votará por Alejandro Toledo. Consideró que sería "una verdadera catástrofe para el Perú" que la hija del ex presidente y el ex comandante lleguen a la segunda vuelta.
Toledo y PPK continúan con esperanzas
Sin embargo, las principales encuestadoras advirtieron que esta fotografía electoral que hoy muestran podría quedar velada en los tres días que restan para las elecciones. Según señaló Giovanna Peñaflor, de Imasen, un 25% de las personas advierten que podrían cambiar su voto.
En el mismo sentido argumentó Fernando Tuesta, de la Universidad Católica. "La volatilidad del voto es consecuencia de un proceso crónico, ya que no existen filiaciones partidarias sino simpatías por determinados candidatos".
Esta volatilidad explicaría la caída del ex presidente Alejandro Toledo, que de ser el favorito en apenas tres semanas hace peligrar su pase a segunda vuelta como consecuencia de una mala campaña en su recta final. Para Giovanna Peñaflor, aunque Toledo puede ser considerado "el mal menor" frente a sus rivales, "ha tenido una campaña atroz" que le ha hecho perder 10 puntos sin ningún motivo trascendente, más allá del recuerdo de su supuesta fama de juerguista durante su primer gobierno.
A pesar de los logros macroeconómicos y de la estabilidad de precios en su primer gobierno, las peleas de bajo nivel con su ex ministro y hoy rival electoral y un slogan electoral errado ("Lo hizo, lo hará") lo habrían puesto contra las cuerdas.
Los votos perdidos por Toledo y el ex alcalde de Lima, que está ya potencialmente fuera de la batalla por la segunda vuelta, han pasado al bolsón de Pedro Pablo Kuczynski, un economista millonario, ex ministro de varios gobiernos y asesor de multinacionales.
Ante esta realidad, un Toledo desesperado salió este jueves a convocar a las candidaturas democráticas de Luis Castañeda, Pedro Pablo Kuczynski y al partido aprista "a sentarse a la mesa para definir cómo defender la democracia en Perú".
Como ha sido la tónica en la última semana de campaña, Toledo quiso aglutinar el anti voto de los dos punteros y mostrarse como la opción segura frente a la "amenaza y peligro" que para él suponen Humala y Keiko. "Cuidado con los Derechos Humanos, con la independencia de poderes, no se dejen sorprender por el lobo vestido con piel de cordero", advirtió.
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