Ni Move, ni Kinect, ni tres dimensiones. La compañía japonesa Sega ha decidido revolucionar el mundo de los videojuegos con un dispositivo completamente diferente: los urinarios.
Los Toylets, que así se llama el invento, tienen un sensor que mide la presión con la que llega la orina al mismo y que sirve para controlar cuatro minijuegos que se muestran en una pantalla situada encima del urinario.
Por el momento hay cuatro juegos, según informa Akibahara News. En Manneken Pis el 'jugador' toma el papel de la popular escultura de Bruselas y el sensor mide la cantidad de orina que ha expulsado. En Graffiti Eraser, por otro lado, este líquido es utilizado para limpiar las pintadas de una pared con una manguera. Por supuesto, cuanto mayor sea la presión, más rápido se limpiará el muro. Al final de la partida se mostrará al usuario el tiempo que ha empleado en esta labor.
The North Wind and Her funciona del mismo modo, aunque con una premisa más delirante todavía: En este juego el viento del norte tratará de levantar el vestida de una chica. La intensidad con la que sopla el viento dependerá de la intensidad del jugador a la hora de enfrentarse al reto.
Pero, sin duda alguna, el premio al más extraño de todos se lo lleva Milk from Nose, en el que dos luchadores lanzarán leche por la nariz para tratar de expulsar al contrincante del ring, como si de un combate de sumo se tratase. El papel del contrincante lo desempeñará otro jugador, aunque no funciona en tiempo real, sino que toma los datos del jugador anterior y los compara.
Por el momento se han instalado los Toylets de la compañía en los lavabos de cuatro bares y recreativos de Tokio, según informa The Guardian.
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