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miércoles, 15 de diciembre de 2010

'Si dijera lo que sé, adiós al Mundial y a la Eurocopa'

Durante el desfile desordenado de seis de los 13 imputados por la ‘operación Galgo’, Eufemiano Fuentes, el médico que algunos medios internacionales ya conocen por el apodo de ‘doctor doping’, improvisó un portavoz para emitir sus bravatas. Fue un chico de barrio, habitual inquilino de los calabozos de la Plaza de Castilla. Más habitual que el ginecólogo canario, quien sólo los ha probado, con ésta, dos veces.

Pérez Templado, abogado de Eufemiano Fuentes.

Pérez Templado, abogado de Eufemiano Fuentes.

Durante varias horas de la mañana del domingo, compartieron celda. El muchacho quedó hechizado por el verbo fluido y la mirada franca, clara, de Eufemiano. Casi le convenció de que era inocente, pero también le dio a entender que lo perseguían por saber demasiado. “Si dijera lo que sé, adiós al Mundial y a la Eurocopa”, afirma el vallecano que les soltó el grancanario a él y a sus compañeros de desventura.

Ya en la ‘operación Puerto’ de 2006, Fuentes insinuó que llevaba deportistas de otras especialidades, más allá del ciclismo: atletas, tenistas, futbolistas. Y desde hace más de una década ha presumido de echarle manos biológicas a equipos de fútbol profesionales, aunque sólo sean fehacientes sus colaboraciones con el Elche y la Unión Deportiva Las Palmas.

La portavocía ocasional de un chaval de la calle nos ha transmitido el mensaje que ya lanzara la madre de los hijos del doctor hace dos años. Dijo Cristina Pérez que si se animara a hablar, el deporte español y la idílica Barcelona ’92 se derrumbarían.

Lo de Eufemiano Fuentes puede ser otro farol, motivado por la presión a la que está siendo sometido de nuevo, que él achaca –según su mensajero suburbial- a la ‘Ley del Banquillo’. Es decir, que los jueces se la tienen jurada. Pero los antecedentes también sugieren que al médico se le tiene mucho, demasiado miedo. El hombre que sabía demasiado amenaza con soltar la lengua.

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