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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mató al suegro, acuchilló a la suegra, raptó su novia, secuestró mujer y fue baleado por policías

Tras ultimar a su suegro de un tiro, un joven de 27 años, de iniciales MB, se llevó a su ex pareja por la fuerza y amenazó a un automovilista para que lo transportara hacia la capital departamental, para culminar herido de cuatro balazos al resistirse al accionar policial.

El drama familiar se generó en las primeras horas de la pasada jornada cuando el joven, armado con un cuchillo y una escopeta, se trasladó al hogar de su ex novia con el objetivo de reanudar las relaciones amorosas, hecho este al que la mujer se negaba.

Pero, muy lejos de aceptar esta decisión de su ex, el joven se puso aún más violento, y quiso llevársela de cualquier forma, lo que intentó impedir su hasta hace poco suegro.

Al intentar disuadir la actitud del irascible, Elciro Ruben Gopar Pírez, de 76 años, quien saliera en defensa de su hija, recibió un fulminante disparo en el pecho con la escopeta de parte del joven. No conforme, el victimario tomó el arma blanca que llevaba entre sus ropas e hirió levemente a la esposa de la víctima, una mujer también de avanzada edad, que le salió al cruce luego de que el agresor ultimara a su esposo.

Fuera de sí, el agresor se retiró del lugar llevándose por la fuerza a la joven con la que quería "volver" a tener una relación.

Desnorteado, y queriendo irse rápidamente de la localidad, se le tiró delante, en las cercanías del cementerio local, a un vehículo ocupado por una pareja, a la cual amenazó con la escopeta.

Con el dedo en el gatillo, hizo descender al hombre y obligó a que la mujer tomara el volante y lo trasladara, junto a su amada, por las rutas Nº 42 y 43 duraznenses.

Paralelamente, las autoridades policiales del departamento del centro del país, tras ser alertadas por familiares y vecinos de la familia damnificada, montaron una amplio operativo, desplegando en todo Durazno, efectivos cuyo fin era detener al homicida y secuestrador.

A pocos kilómetros del lugar y cuando iba rumbo a la capital departamental, el auto en que se desplazaban fue interceptado por un patrullero de la Seccional 6ª.

Descuido, tiros y fuera de peligro

Al darle la voz de alto los policías, el joven descendió del vehículo y usando a las dos mujeres que tenía como rehenes de "escudos humanos", amenazó a los efectivos que si no se retiraban, las iba a matar.

Los funcionarios le abrieron paso y en el momento en que intentó abordar el móvil policial para continuar la fuga en dicho rodado, un par de efectivos, en un descuido del homicida, intentaron reducirlo, tomándolo de los brazos.

Forcejearon, e incluso el joven logró zafar un instante, el cual aprovechó para intentar agredir a uno de los policías que lo acosaban, pero el arma se le trabó y no salió el tiro, pero uno de los policías al ver tal situación límite y para defender a su compañero, logró accionar el gatillo de su pistola de reglamento y efectuar cuatro disparos, los que impactaron en la humanidad del violento, que cayó al piso herido, aunque fuera de peligro.

Inmediatamente fue subido a una patrullero y trasladado al hospital Dr. Emilio Penza de la ciudad de Durazno, donde tras ser atendido, al cierre de esta edición, permanecía internado en observación, aunque estable y sin riesgo de vida.

En tanto, ambas mujeres que sufrieron durante algunas horas, que para ellas fueron eternas, un shock emocional, no tuvieron lesiones físicas.

Fuentes policiales confirmaron a LA REPUBLICA que ahora esperaran la evolución del joven homicida para indagarlo, tras lo cual será conducido ante la Justicia duraznense.

UNA HISTORIA REPETIDA

Cuentan las malas lenguas que la relación entre el homicida y la hija de Gopar Pírez venían de mal en peor. Los jóvenes que se conocieron unos tres años atrás estaban algo distanciados. Inducido por los celos, el agresor la había amenazado en más de una oportunidad, hecho que habría motivado más de una denuncia ante policial.

El lunes, el homicida, que había estado en Blanquillo en la tarde, retornó en la noche. Dejó su moto ­que lo llevó desde La Paloma, que está a unos 35 kilómetros de Blanquillo­ a 500 metros del centro poblado, y a pie, llego al Mevir donde vive su ex pareja. Alertada por el ladrido de los perros, la mujer abrió la puerta, y el joven aprovechó para entrar.

El homicida, que realizó changas en establecimientos de la zona, en la actualidad integraba la selección de fútbol de San Gregorio de Polanco y el pasado fin de semana tuvo una destacada actuación en el encuentro ante Paso de los Toros. Es un número cinco de valía que en su momento estuvo muy cerca de enrolarse al Club Nacional de Fútbol.

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