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martes, 28 de diciembre de 2010

Las 'estrellas Michelín' de las casas rurales catalanas


Si los hoteles se clasifican por estrellas, los restaurantes por tenedores y los apartamentos por llaves, a partir de ahora podremos catalogar las casas rurales catalanas por las espigas. El Departament de Innovació de la Generalitat, en colaboración con las confederaciones de turismo Concatur y Turalcat, han entregado las primeras espigas del turismo rural catalán.

La nueva categorización, pionera en Europa, es de carácter voluntario, ya que los establecimientos pueden solicitar ser incluidos en el análisis de evaluación en cualquier momento para así ser valorados.

Las casas rurales se valoran desde una espiga hasta cinco, y se tiene en cuenta las estancias interiores y exteriores, el mobiliario, las condiciones de comercialización, servicios que se ofrecen a los clientes, actividades culturales y familiares, restauración, entre otros parámetros. En una primera fase los titulares del establecimiento comunican a la administración turística los criterios que cumplen, y en una segunda la Dirección General de Turismo verifica la certeza de los datos ofrecidos.

En la primera entrega de espigas se han incluido 88 establecimientos rurales, alrededor de una decena se han clasificado con una y cuatro espigas, y una treintena han sido elegidos entre dos y tres, pero no encontramos ningún centro con la categoría de Superior Premium.

Bienes de interés cultural nacional

Montserrat Coberó, de Turalcat, explica que no se ha otorgado cinco espigas a ningún alojamiento, ya que los edificios donde están las casas rurales deben ser considerados como bienes de interés cultural nacional o local. No obstante, Coberó afirma que lo más probable es que en la próxima entrega de espigas se incluya alguno Superior Premium porque a algunos centros sólo les falta ese requisito.

Poder identificar las casas rurales con las características que tienen y los servicios que ofrecen a través de las espigas, como pasa con los hoteles y restaurantes, es uno de los objetivos principales de este proyecto.

El uso de espigas también pretende mejorar la promoción exterior del turismo rural, ya que permitirán hacer una rápida radiografía de la calidad de los servicios. Pere Oliu, presidente de Turalcat, considera que es una gran iniciativa y destaca que es un esquema que facilitará seleccionar un hospedaje de este tipo.

"La gente se conecta cada vez más a internet para elegir un alojamiento y esto servirá para elegir adecuadamente", señala Oliu. Tanto Coberó como él destacan que la iniciativa ha sido muy bien acogida entre el sector y esto se refleja en las más de 600 solicitudes para adherirse a la clasificación de espigas, que representa un 30% del total de establecimientos de turismo rural inscritos en Cataluña.

Finalmente, después de más de dos años de trabajo entre la Generalitat y las confederaciones de turismo, la propuesta ha salido adelante. Corberó destaca que hace mucho tiempo que se trabaja duramente en este proyecto y por fin se ha podido aplicar.

También señala que a pesar de ser una actividad pionera, se han tomado referencias de otros países europeos como Francia, Austria o Irlanda. Con todo, hace hincapié en la idea de Josep Badia, presidente de la asociación comarcal de l'Alt Urgell, que hace 13 años puso en marcha un esquema de clasificación similar en la comarca.

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