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martes, 2 de noviembre de 2010

EEUU | Elecciones Los demócratas intentan salvar los muebles

A menos de 10 horas para la apertura de los colegios electorales, nadie duda que los republicanos van a obtener una victoria en las legislativas de mañana. La gran pregunta es sólo cuál va a ser su tamaño. La mayoría de los expertos pronostican que los conservadores recuperarán al menos los 39 escaños que les otorgarían la mayoría en la Cámara de Representantes, pero no está tan claro que hagan lo propio en el Senado.

El presidente Obama se pasó el fin de semana realizando mítines en varios estados del centro y el este del país con ajustadas contiendas. Su objetivo era movilizar a unas bases demócratas que la mayoría de encuestas muestran más apática que sus adversarias en el campo conservador. Es un fenómeno que los analistas han bautizado como “la brecha de entusiasmo”.

“Hay [urnas] para el voto temprano a unos bloques de aquí, o sea que podéis ir después de este mitin si no habéis votado”, dijo Obama a una multitud de 35.000 almas en Chicago, su ciudad. “Porque si todo el mundo que lucho por el cambio en 2008 vota en 2010, ganaremos esta elección. Estoy seguro de eso”.

No todos los escenarios fueron para Obama tan acogedores como Chicago. En Cleveland, su último mitin, el presidente no fue capaz de llenar el recinto donde celebró el acto. La policía estimó apenas unos 8.000 asistentes para pabellón con un aforo de 13.000. Y es que, para Obama, esta campaña no tuvo nada que ver con la magia del 2008.

En sus discursos, Obama no se ha cansado de pedir paciencia a los electores, y de culpar el obstruccionismo de los republicanos por la falta de progreso en los cambios prometidos. Contra la opinión de una mayoría de sus ciudadanos, el presidente considera que el país va en la buena dirección desde el punto de vista económico, sólo se necesita tiempo para que las políticas implementadas den sus resultados.

'Tsunami' republicano, según las encuestas

Aunque el presidente Obama dijera el domingo que esperaba "unos comicios ajustados", y que algunos prominentes demócratas que aparecieron en los programas de debate político de la mañana se mostraran esperanzados de mantener el control de las dos cámaras del Congreso, las encuestas dejan poco margen para sorpresa.

"Creo que este tiempo para movernos en una dirección diferente. Creo que el liderazgo republicano ha demostrado estar listo para escuchar a la gente", declaró Michael Steele, el presidente del Comité Nacional Republicano, en el programa “Good Morning America”. No obstante, Steele ha sido cauto durante la campaña, intentando moderar las expectativas de victoria, de forma que si las previsiones más optimistas no se cumplen, no se interpreten como una derrota.

Ahora bien, todas las encuestas realizadas en los últimos días apuntan a una victoria contundente para los republicanos. Stuart Rothenberg, un analista respetado por su imparcialidad, ha llegado a pronosticar que los conservadores recuperarán unos 70 escaños, una paliza histórica que no se experimenta desde el año 1948. Y es que cuando se pregunta de forma genérica a los electores a quien prefieren, el candidato republicano bate por entre 12 y 15 puntos al demócrata.

De acuerdo con una encuesta del NBC y el Wall Street Journal, un 50% de los ciudadanos prefiere un Congreso dominado por el Grand Old Party (GOP), y hasta un 65% quiere ver cambios en la dirección que el presidente Obama ha imprimido al país. Quizás lo más preocupante para los demócratas es que incluso la mitad de sus simpatizantes quiere cambios en la política de la Casa Blanca.

El pronóstico en el Senado es más complicado. Sólo se renuevan 37 de los 100 senadores, por lo que los republicanos deberían imponerse en todas las contiendas ajustadas para poder recuperar el control de la cámara. Los expertos no descartan esta posibilidad, pero la consideran poco probable. Actualmente, los demócratas poseen 59 senadores, por 41 de los republicanos.

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