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miércoles, 7 de julio de 2010

Videla asume su responsabilidad en la represión desatada tras golpe del 76

El ex dictador argentino Jorge Videla ha acatado la pasada madrugada su responsabilidad por la represión castrense desatada durante el último gobierno de facto(1976-1983) en Argentina. Además ha reiterado su total compromiso con todo las acciones del Ejército, para añadir que sus "subordinados se limitaron" a cumplir sus "órdenes". El ex dictador argentino, juzgado por delitos contra la humanidad en el tribunal de la provincia de Córdoba (Argentina), ha asegurado que dicho organismo carece de competencia para juzgarle al no ser un tribunal militar.

Videla ya fue juzgado por su responsabilidad en el golpe militar de 1976 y por la violación de los derechos humanos una vez restaurada la democracia en el país en 1983. Condenado a cadena perpetua en diciembre de 1985, fue amnistiado al cabo de cinco años por el entonces presidente Carlos Menem, gracias a la llamada ley de Punto Final. En 2006, un juez argentino anuló el indulto concedido por Menem a Videla, una decisión que ratificó la Corte Suprema de Justicia el pasado mes de abril. El ex dictador, de 86 años, permanece recluido desde entonces. Aún así Videla ha sostenido en la vista que "nadie puede ser juzgado por la misma causa dos veces".

Además del ex dictador, están sentados en el banquillo de los acusados Luciano Benjamín Menéndez, comandante en Córdoba durante la guerra fría y otros 23 imputados. Todos ellos deben responder por el fusilamiento en 1976 de una treintena de presos en una cárcel de la misma provincia.

Una represión con miles de desaparecidos

Jorge Rafael Videla nació en 1925 en Mercedes, Argentina. Con una larga carrera militar que comenzó a los 19 años, llegó a formar parte de la Secretaría de Defensa entre 1958 y 1960 y dirigió la Academia Militar hasta 1962. Hasta que en 1971 fue ascendido a general.

Nombrado jefe de Estado Mayor en 1973, y comandante en jefe del ejército un año más tarde; el 24 marzo de 1976 dirigió el golpe de Estado, denominado Proceso de Reorganización Militar, que derrocó a la viuda del general Perón, María Estela Martínez, convirtiéndose así en Presidente de la Junta Militar.

Las Fuerzas Armadas eliminaron a todo tipo de oposición política mediante una feroz e indiscriminada represión, que supuso uno de los períodos más tenebrosos de la historia argentina, con miles de muertos, desaparecidos y exiliados. La cifra exacta de desaparecidos está sujeta a debate: la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas registró 8.961 casos, mientras que otros organismos de derechos humanos elevan la cifra a 30.000. El número de las indemnizaciones otorgadas por el estado a familiares de desaparecidos llega a 13.000. Nombrado presidente de la República en 1980, dejó el cargo al año siguiente, sustituido por el general Roberto Viola.

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