Más allá de que la figura y hasta el personaje -porque Sebastián Abreu indudablemente lo es- pasó a ser de consumo y hasta de polémica universal después que "picó" la pelota en el último penal de la dramática definición contra Ghana, el minuano tiene una forma, a veces intuitiva, en otras profundamente analítica, de mirar el fútbol que, sea o no titular, y por encima de la indiscutible condición de referente de este plantel celeste que ha llegado nada más ni nada menos que a las semifinales del Mundial de Sudáfrica, lo hace una fuente de consulta casi inevitable antes del partido de mañana frente a Holanda.
El "Loco" habló del rival, entonces, señalando que "es el típico equipo europeo, dinámico, rápido, físicamente fuerte, con jugadores desequilibrantes en el mano a mano".
Sin dejar la lupa a un lado, el minuano agregó que los holandeses son un conjunto que "propone, trata de ser protagonista durante todo el partido, no especulan, y a la hora de perder el balón, ahí sí, tratan de replegarse rápido y pasar la línea de la pelota, para empezar a hacer la presión a partir de ese momento".
Sobre la base de esa detallada descripción de las características y el estilo de juego del adversario, el "Loco" sostuvo que "humildemente, nosotros igual tenemos argumentos como para poder ganarle".
Sin diferencias. Abreu descartó que Uruguay pueda llegar muy disminuido en el aspecto físico, justo ante un equipo que es duro en ese plano, diciendo que "la única diferencia que puede haber entre el partido que jugó Holanda con Brasil y el nuestro con Ghana es que nosotros jugamos el alargue y todo lo que después influyó emocionalmente la definición por penales". Además, el delantero hizo ver que "llegada esta instancia, para nosotros, por todo lo que ha sido la historia y lo que nos ha costado volver a situar a Uruguay entre los cuatro mejores del mundo, esa parte anímica también juega; aunque pueda haber físicamente un cierto desgaste, la ilusión y los sueños están intactos, y eso es muy importante".
En ese aspecto, entonces, Abreu finalizó dando un consejo, como un verdadero segundo técnico que es, adentro y afuera de la cancha: "Habrá que tener inteligencia para que el aspecto físico no empiece a mermar y tener efectos secundarios dentro del mismo partido; hay que tener los movimientos controlados, hablar mucho, hacer el recorrido y las coberturas en diagonal, para que no sea un desgaste excesivo, tratar de jugar la pelota con criterio… y en todo eso creo que el equipo ha madurado mucho. Además, hay algo que se ha hablado entre nosotros y es que Holanda, más allá de su potencial, tiene cosas para contrarrestar y poder hacerle daño".
Confianza. "Aunque haya cierto desgaste los sueños están intactos".
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