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martes, 22 de junio de 2010

La emblemática cruz del cerro Pan de Azúcar está en total estado de abandono


La cruz que se erige sobre el cerro Pan de Azúcar, visible desde varios kilómetros a la redonda y verdadero emblema de la denominada zona oeste del departamento de Maldonado, presenta un alto grado de descuido, y lo que es más grave, de deterioro en su colosal estructura de hierro y cemento.

Días atrás, LA REPUBLICA ascendió hasta la cumbre del Pan de Azúcar para verificar las múltiples denuncias y muestras de preocupación llegadas por distintas vías, tanto de residentes de la zona como de ocasionales visitantes. Fue merced al apoyo de la Base Aeronaval Capitán Curbelo, con asiento en Laguna del Sauce, que transportó a este corresponsal en el helicóptero Wessex 081 hasta la cumbre de la mole de granito que domina la zona.

Allí se puede verificar que no sólo el entorno de la base de la cruz está absolutamente descuidado, sino que la propia estructura de hierro y cemento presenta un alto grado de deterioro.

Llegar a la cumbre del cerro Pan de Azúcar (tiene una altura de 423 metros, y es el punto más alto de los cerros que se ubican sobre la costa del departamento de Maldonado) siempre ha sido un desafío, por cuanto no existe un camino delineado, sino que se asciende y desciende observando, en distintos puntos, flechas pintadas en las rocas que conducen a la cumbre o a la falda.

Sin embargo, el entorno de la base misma de la cruz, concebida en 1933 y de 35 metros de altura, se presenta prácticamente inaccesible por la presencia de gran cantidad de arbustos, espinas de cruz y un enorme volumen de residuos que dejan los propios visitantes, y que demuestran que no existen acciones de mantenimiento regulares.

En el ingreso al interior de la cruz, donde se inicia la angosta escalera caracol que lleva hacia los brazos a través de 102 escalones, existe un profundo pozo ­lleno de agua­ apenas cubierto con una chapa de hierro. Cuando se inicia el ascenso hacia los brazos, donde pueden observarse paisajes inigualables a través de enormes ventanas, cómodamente sentados en largos bancos de cemento, aparecen al desnudo "los hierros" de la estructura e interminables manchas de color verde que confirman el ingreso masivo de agua de lluvia y la permanente presencia de humedad. En el avance, se pueden constatar rajaduras y desprendimientos de material que siguen confirmando el alto grado de deterioro y abandono, que contrasta con miles de graffitis de todos los colores, estampados desordenados y desprolijamente hechos por los visitantes.

Uno de los soportes del brazo (cada uno tiene 14 metros de largo) ubicado al Oeste muestra una importante rotura.

En 2006, LA REPUBLICA se hizo eco de una denuncia presentada ante la Junta Departamental de Maldonado (publicada el martes 18 de julio), por Alejandro Martínez, edil del Frente Amplio. Martínez ofreció un pormenorizado informe de la situación de la cruz, exhibió fotografías y logró que pocos días después la intendencia clausurara las visitas al lugar hasta que un grupo de técnicos evaluara el estado de la estructura. Tras ello, se realizaron trabajos de mantenimiento, pero no fueron suficientes ni duraderos.

"Observando más técnicamente la cruz vemos daños estructurales, como hierros a la vista en muy mal estado, e incluso en partes críticas como en los soportes de los grandes brazos de 14 metros de largo, que tienen una capacidad de hasta 20 personas sentadas en cada uno", afirmó el edil por entonces.

Respecto a la escalera caracol ­de unos 30 metros de altura­ que lleva hasta los brazos, aseguró que "también está deteriorada a pesar de que se ven intentos fallidos anteriores para proteger el hierro con pintura y mortero de arena y cemento".

"Al llegar a los brazos seguimos encontrándonos con el feo aspecto de las pintadas en las paredes, pero la parte más preocupante de la estructura es aquí donde la podemos apreciar de cerca, partes de hormigón faltante que dejan a la vista el hierro en muy alto estado de oxidación y en algunas zonas, hierro inexistente", indicaba. "Se ven grietas en el suelo y techo de estas galerías panorámicas, pero lo que más me preocupó fue la acumulación de agua en el brazo este, como si estuviera quebrándose a la altura de los soportes inferiores", agregaba.

Histórica y turística

Martínez (hoy electo concejal en Piriápolis) lamentaba que la situación que constatara no haya sido atendida antes, habida cuenta de que el lugar se constituye en un mirador espectacular del Este uruguayo. "Este es un paseo imperdible para los visitantes, como es (...) el Cristo Redentor del Cerro Corcovado en Río de Janeiro (...)" que "ha sido mucho más conservado", agregaba.

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