Cáritas de Barcelona, Sant Feliu y Terrasa alerta de que el 75% de las personas que han pedido ayuda entre enero y mayo de 2010 está en el paro, un 19% más que en todo el año pasado, según la Memoria Anual 2009 presentada por la fundación.
La entidad, que en 2009 atendió en estas tres ciudades a más de 51.000 necesitados, ha criticado las medidas que el Gobierno ha tomado para contrarrestar los efectos de la crisis y los anunciados recortes que la Generalitat y los gobiernos locales se disponen a aplicar.
Asimismo, Cáritas ha calificado de "inadmisible" el recorte de la ayuda a los proyectos de desarrollo en los países del tercer mundo, "cuando es la vida de las personas la que está en juego".
La memoria revela que los cinco primeros meses de 2010 el número de personas atendidas -40.511- ha aumentado un 35% respecto al mismo periodo del año pasado y en el mismo tiempo la demanda de ayudas básicas ha aumentado un 4%.
El director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglà, ha destacado el estado de "desesperanza" que ha alcanzado la sociedad, y ha resaltado el "alarmante aumento de las personas que acuden a Cáritas por primera vez -un 39%- y de las que regresan después de al menos diez años".
En 2009, Cáritas invirtió en ayudas económicas más de 1'8 millones de euros, justo el doble que en 2007, y las dos principales partidas se destinaron a vivienda -55%- y alimentación -16%-. Los gastos relacionados con la educación fueron un 10%.
Según la memoria, se mantiene la tendencia a la alza de menores que requieren asistencia, y un 36% de las personas atendidas en 2009 eran menores porque la mayoría de las familias que demandan ayuda tienen niños pequeños.
Destaca asimismo el origen de las personas necesitadas, un 31% de españoles, un 29% de sudamericanos y un 26% de magrebíes; entre los inmigrantes hay un 26% de personas sin permiso de residencia.
La respuesta de la entidad a todas las necesidades abarca desde la asesoría jurídica hasta la orientación psicológica y las ayudas económicas, y ofrece centros de acogida a mujeres con hijos maltratadas o en situación de pobreza y jóvenes y ancianos necesitados, entre otros servicios.
El director de Cáritas de Barcelona ha advertido de las consecuencias que la crisis está conllevando a nivel personal y social: "Depresión, ansiedad, enfermedades físicas y mentales, separación forzada de las familias, conflictos sociales y aumento de la delincuencia y la xenofobia", entre muchas otras.
"Queremos incidir nuestras acciones en la pequeña infancia, que sufre un grave riesgo de desmotivación, y las personas en torno a los 50 y los 55 años con baja o mediana cualificación que se han quedado en el paro", ha indicado el director.
Roglàs ha afirmado que "hemos pasado de ser una sociedad solidaria a ser una sociedad generosa", y ha destacado que "son los propios usuarios de Cáritas los que quieren colaborar con la fundación de forma desinteresada".
Según la jefa de Gestión Social, Mercè Darnell, la previsión no es nada favorable: "Probablemente el número de personas que requieren ayuda aumentará en los próximos meses y tardaremos en notar que la situación mejora", ha advertido.
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