Gary Coleman, la antigua estrella infantil estadounidense, ha muerto a los 42 años. Este viernes el hospital de Utah donde estaba ingresado, desde que la noche del miércoles sufriera un derrame cerebral, le ha retirado la respiración asistida.
Coleman era diminuto, 140 centímetros. Sufría una enfermedad congénita del riñón que detuvo su crecimiento. Lanzado a la fama por la serie Arnold, en antena de 1978 a 1986, al envejecer perdió el favor del público y sus trabajos comenzaron a ser lanzados directamente al mercado del vídeo.
Coleman denunció a sus padres y a su representante por haber malversado sus fondos. Ganó el pleito en 1993 y seis años después se declaró en bancarrota, trabajando eventualmente como guarda de seguridad. Así fue inmortalizado en un capítulo de Los Simpsons, en el que ayudaba a la familia amarilla a salvar la navidad.
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