El primer hotel nudista presumía de ser una revolución en el mundo musulmán, pero su revolución ha durado lo que tardó la primera inspección en llegar. A la semana de estar abierto las autoridades de Marmaris han obligado a cerrar el resort de 14.000 metros cuadrados "porque uno de los balcones no mide lo que pone en el plano".
El propietario, Ahmed Kosar, ya ha comenzado a hacer las modificaciones oportunas y espera reabrirlo durante la próxima semana. "Otros hoteles de la zona operan sin tener todos los permisos correspondientes. Si bloquean mi proyecto tendré que trasladarlo a Croacia o el norte de Chipre", lamenta el propietario, quien tardó dos años en construir el resort y obtener todos los permisos necesarios.
Según la prensa local, los habitantes de Marmaris son favorables a la apertura del complejo turístico, que cuenta con una piscina donde está permitido el nudismo y una playa privada a 15 minutos del hotel. No obstante, la oferta sólo está disponible para extranjeros –a los turcos no se les permite la entrada- y los trabajadores, hombres en su mayoría, van vestidos.
"Es posible encontrar otras revoluciones pequeñas en este país conservador. Los bares gay y lésbicos se han multiplicado en las grandes ciudades. Hace pocas semanas se abrió otro nuevo en Estambul", explica el escritor Mustafá Akyol.
Islamización y secularistas
"Los hiper-secularistas sólo ven algunos hechos a la hora de acusar de islamización al AKP: que hay más mujeres con velo, que es más difícil vender alcohol y que las comunidades islámicas están en la esfera pública más que nunca. Para ellos eso es islamización y tal vez necesita un pequeña mano de los generales para salvar nuestra República secular", continua Akyol.
"Pero estas contradicciones, los bares gays y los velos, son producto de una misma cosa: el capitalismo, la urbanización y la globalización. La sociedad turca es más abierta y diversa y esa diversidad es más visible. La razón por la que tenemos más mujeres con velo en las calles es porque esas mujeres se han convertido en urbanas, son más activas y tienen más confianza en sí mismas", concluye el escritor en el Hurriyet.
Entre tanto, a la espera de que Turquía solucione estos problemas y de que Kosar recupere la licencia de apertura, los 12 atrevidos clientes que inauguraron el resort nudista han sido realojados en hoteles más convencionales.
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