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domingo, 4 de abril de 2010

El mundo reconoce al Tannat uruguayo como un gran vino fino

¿Chica me invitas a un Tannat? Yo encantado!

Vinos de alta calidad, fundamentalmente de la cepa Tannat, emblema de la vitivinicultura uruguaya que le ha abierto las puertas del mercado mundial a nuestra producción son elogiados en un completo informe de la Agencia France Press.

La historia se repite para la mayoría de los 1.800 productores vitivinícolas uruguayos de este pequeño país sudamericano y sus 8.200 hectáreas de vides, 40% de las cuales están dedicadas al Tannat, una uva originaria del sureste de Francia introducida en Uruguay en 1870.

Con sus características especiales de rojo morado muy intenso, con aromas de frutos rojos y negros maduros y especiados, el Tannat ha abierto las puertas a la exportación de vinos uruguayos, como el Malbec a los argentinos y el Carmenere a los chilenos.

"El Tannat nos está abriendo las puertas", dijo a la AFP Virginia Stagnari, responsable de la antigua Bodega Stagnari, ubicada 20 km al norte de Montevideo.

Según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), en 2004 se exportaron más de 1,2 millones de litros con una facturación de casi 3,3 millones de dólares. En 2008 se llegó a más de 13,4 millones de litros con una facturación superior a los 10,6 millones.

En 2009, la crisis se notó en las exportaciones y se colocaron poco más de 2 millones de litros con una facturación de casi 6 millones de dólares.

La Bodega Stagnari, iniciada en 1929 por el abuelo materno de Virginia Stagnari, un inmigrante italiano, produce actualmente 140.000 litros de vino de varios tipos, 20% de ellos para exportación.

"Para exportar, la calidad es la clave", dice Virginia Stagnari, cuya bodega vende a Brasil, México, Bélgica y Suecia.

La bodega Bouza, un emprendimiento familiar de apenas una década, produce algunos de los mejores vinos del país, y pese a que tiene al Tannat como emblema, elabora variedades de Albariño ­una especialidad gallega que remite al origen familiar de los propietarios­ y Chardonnay (blancos), Merlot, así como mezclas de Tannat con Merlot y Tempranillo.

Bouza solo se dedica a los vinos de alta gama, con unas 100.000 botellas al año, de las cuales exporta entre 40% y 50% a Brasil, Estados Unidos, Gran Bretaña, México, Alemania, Bélgica y Argentina.

Para lograr la mejor calidad, "tenemos un manejo de muchas horas hombre", dice el enólogo de Bouza, Eduardo Boido, en una tarea que incluye "mantener la biodiversidad en el viñedo" y "una producción en parcelas de no más de media hectárea".

Uruguay, el cuarto productor de vinos de Sudamérica, ha registrado un aumento sostenido de sus ventas al exterior, sin contar 2009, cuando sufrieron un fuerte descenso a causa de la situación económica mundial.

Aún así, y más allá del posicionamiento de Uruguay como productor de vinos de calidad, el país tiene "desventajas comparativas y desventajas de escala", dijo el enólogo Ricardo Calvo, presidente del Inavi.

Es que Uruguay, con un total de 8.200 hectáreas de vides, no puede competir con cantidad, sino solo con calidad. La bodega chilena Concha y Toro posee, ella sola, esa extensión y su producción es casi dos veces la de todo Uruguay.

"La desventaja es el costo de producción, y eso nos perjudica en los precios finales", dijo Virginia Stagnari, y explicó que las vides necesitan más tratamiento en su sistema de conducción por el clima inestable.

Eso afecta a las bodegas uruguayas incluso en el mercado interno, donde los vinos chilenos o argentinos son más baratos.

Sin embargo, Elisa Trabal de Bouza afirma que "los vinos uruguayos son muy distintos a los de Mendoza (Argentina) y Chile, y una de las ventajas de tener vinos muy distintos es el tener un mix del viejo y del nuevo mundo".

Y el presidente del Inavi está de acuerdo: "Los vinos uruguayos siguen mucho más la tradición europea. El país ha logrado posicionarse y se sabe que sus productos son buenos".

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