.

.

lunes, 1 de marzo de 2010

Vázquez se despidió ayer rodeado de pueblo con un "hasta la victoria siempre"

Sumamente emocionado, el primer presidente de izquierda de nuestro país, se despidió ayer de todos los uruguayos en su carácter de mandatario, tras recibir el pabellón nacional por parte de los Blandengues de Artigas, en una ceremonia entusiasta desarrollada en la Plaza Independencia.

Con un amplio respaldo popular, el presidente Tabaré Vázquez, (quien hoy entregará el mandato al segundo presidente de izquierda, José Mujica), se despidió de la ciudadanía como mandatario uruguayo, realizando un acto cargado de emoción.

En el acto, la nota dominante fue el entusiasmo y clamor popular, demostrado por parte de unos 5.000 mil uruguayos que lo fueron a despedir con banderas del Frente Amplio, a lo que se sumó el apoyo de todo su gabinete ministerial. Como tantas veces, Vázquez cerró su oratoria con un "hasta la victoria siempre", lo que hizo estallar al público en nuevas expresiones de júbilo.

A esta ceremonia, además de concurrir todos los integrantes de su gabinete ministerial y parte de los jerarcas que estuvieron en esta administración, contó con la presencia del presidente y vicepresidente electos, José Mujica y Danilo Astori, quienes lo saludaron efusivamente.

Pasadas las 19 horas, cerca de un millar de uruguayos lentamente se apostaba sobre la acera sur de la Plaza Independencia, esperando la salida del presidente Vázquez que realizaría la ceremonia de la recepción del pabellón nacional.

Pocos minutos después, la concurrencia se había multiplicado y sobre la nochecita, unas 5.000 personas ovacionaban su última aparición pública como presidente de todos los uruguayos.

Faltando 5 minutos para las 20 horas, Vázquez sale desde la Torre Ejecutiva, a lo que se escuchan los cánticos de los presentes coreando el nombre de "Tabaré, Tabaré". Lo acompañaba su esposa, María Auxiliadora Delgado, sus hijos y nietos. El mandatario se ubicó frente de la puerta de la Torre Ejecutiva, parado sobre una tarima color roja. A su costado se ubicaba el jefe de la Casa Militar, general Nelson Pintos.

Luego de pasar revista de los efectivos del Regimiento de Blandengues, se arriaron los tres pabellones patrios: La bandera nacional, la bandera de Artigas y la de los Treinta y Tres Orientales. Los blandengues, doblaron prolijamente el extenso pabellón patrio y se lo entregaron al jefe de la Casa Militar Pintos, quien luego se la entregó al mandatario uruguayo.

El cuerpo de Blandengues comenzó a entonar una introducción del Himno Nacional, y posteriormente, Vázquez pasó revista a los soldados. En cada paso que daba el mandatario se respondía con una ovación de los presentes, que tras las vallas procuraban llamar la atención del presidente. Ya comenzada la ceremonia, arribaron el presidente electo José Mujica, junto el vicepresidente electo, Danilo Astori. A las 20.05 horas se produjo el arriado de las banderas, a lo que el público comenzó espontáneamente a corear: "Y ya lo ve, y ya lo ve, el presidente es Tabaré."

A las 20.10 horas el presidente recibe de manos del general Pintos, jefe de la Casa Militar, el pabellón patrio, el que fuera arriado por última vez en esta administración. Si bien el pabellón se iza y arría todos los días, según el protocolo y ceremonial del Estado, está previsto que el último día de gestión de un presidente de la República, le obsequien el Pabellón Nacional que está izado en la Plaza Independencia.

Pero pocos instantes después, Tabaré Vázquez se salió de todo protocolo, tomó el pabellón en sus manos y dirigiéndose hacia el público, hizo un gesto de entrega de la bandera nacional a su pueblo.

Luego fue el tiempo de su último discurso, cargado de emoción y muestras de agradecimientos varios: a su familia, a los integrantes del Poder Ejecutivo, a los legisladores que aportaron al país y hasta a representantes del exterior.

"Ustedes comprenderán el cúmulo de vivencias, emociones, sensaciones que estamos viviendo en estos días y en este instante, y quisiera brevemente decir que hay un momento y un tiempo. El momento: en la vida de las personas, tenemos circunstancias que nos pegan y nos golpean fuertemente en nuestro pensamiento, en nuestro corazón, y en la intuición y esos momentos que quedan indeleblemente grabados en nuestra mente y en nuestros corazones, tienen sin duda, algún momento muy especial y particular. Algunos son especialmente mágicos. Para mí, este es un momento mágico, donde muchas cosas nos vienen a la cabeza", dijo reflexivo Vázquez.

Aclaró que deja su mandato con la tranquilidad de conciencia, y que lo hace, "tremendamente emocionado con las muestras de afecto y cariño de todo el pueblo uruguayo. Recordó lo que dijo el 1º de marzo de 2005, cuando le expresó a la población que no lo dejara solo, a lo que aclaró: "Nunca nos dejaron solos, gracias pueblo uruguayo".

Admitió que tras culminar su mandato, se siente apenas un "enano subido en los hombros de los uruguayos que nos precedieron, de aquellos gigantes que soñaron por un país mejor, más próspero, justo y humano".

Tabaré Vázquez concluyó su último mensaje al pueblo con una frase reiteradamente utilizada en las campañas electorales pasadas desde 1988, para las elecciones municipales de 1989. "En nombre de todos los uruguayos les pido: 'Hasta la victoria siempre'".

Finalmente, buena parte del público cruzó las vallas, y el presidente, una vez más se salió del protocolo, haciendo una recorrida para saludar al público, hecho este que provocó un enorme entusiasmo en los presentes, que lo manifestaron al grito de: "Tabaré, Tabaré".

Antes de esta ceremonia, Vázquez se reunió a las 18 horas en la Torre Ejecutiva con el príncipe Felipe de Borbón, quien preside la delegación española a la ceremonia de transmisión de mando. Incluso tuvo un breve encuentro con una delegación del Banco Mundial a las 18.30 horas y, posteriormente, a las 20.40 horas mantuvo una entrevista con el vicepresidente de Cuba.

No hay comentarios: