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lunes, 15 de marzo de 2010

Los catalanes defienden los derechos de los inmigrantes

Los catalanes mantienen intacto su apego a los valores de igualdad y solidaridad, pero se manifiestan abiertamente críticos con la cifra de inmigrantes en Catalunya. En otras palabras: una abrumadora mayoría de la opinión pública catalana rechaza cualquier tipo de discriminación con los extranjeros, pero más de la mitad de los ciudadanos considera que el número de inmigrantes en el Principado es excesivo. Concretamente, y según revela el sondeo del Instituto Noxa para La Vanguardia, alrededor de un 80% defiende que "todo el mundo debe tener iguales derechos", mientras que un 52% opina que hay demasiados inmigrantes en Catalunya. Y otro 27% juzga elevado el número de extranjeros, "aunque no demasiado". De hecho, sólo un 19% califica de "aceptable" la cifra de extranjeros.
La percepción de que el número de extranjeros es excesivo es compartida por la mayoría de los votantes de todos los partidos, con excepción de los de Iniciativa. Eso sí, los que en mayor medida creen que el número deinmigrantes en Catalunya es excesivo son los electores del PP y de CiU. En concreto, un 74% de los votantes populares y un 65% de los de la federación nacionalista comparten esta sensación, mientras que esa tasa baja al 49% entre los electores de Esquerra y al 44% entre los votantes socialistas. Aun así, sólo uno de cada cuatro electores del PSC o de ERC considera "aceptable" el número de inmigrantes. En el extremo contrario, los votantes de ICV son los que en mayor proporción consideran que la cifra de inmigrantes en Catalunya es aceptable: un 41% expresa esa sensación, mientras que sólo un 27% de los electores ecosocialistas cree que el número de extranjeros es excesivo.

La creencia de que el número de inmigrantes es excesivo también es mayor entre quienes expresan una identidad española más intensa. Así, el 60% de quienes se sienten más españoles que catalanes y el 70% de los que sólo se sienten españoles coinciden en que el número de inmigrantes en Catalunya es excesivo. En cambio, esos porcentajes caen por debajo del 50% entre los que se sienten más catalanes que españoles o únicamente catalanes.

Por lo que respecta al acceso de los inmigrantes a los servicios públicos, sólo una minoría de ciudadanos considera que los catalanes deben tener prioridad. La opinión generalizada es que todo el mundo debe tener los mismos derechos. Eso sí, en el caso del acceso al mercado laboral un significativo 24% defiende la prioridad de los catalanes a la hora de ocupar un puesto de trabajo. El porcentaje de partidarios es algo menor (un 21%) cuando se trata de dar prioridad a los catalanes en la elección de colegio y desciende todavía más (al 18%) cuando la prioridad afecta a los servicios médicos. Y como ocurre en otros capítulos, las posiciones de los distintos grupos de votantes revelan algunas significativas diferencias. Los más partidarios de dar prioridad a los catalanes frente a los extranjeros son los electores de CiU, seguidos de los del PP, PSC y, ya a más distancia, los de Esquerra o los de Iniciativa. Las posturas están más divididas frente a la conveniencia de imponer un examen de cultura catalana a los inmigrantes que quieran vivir legalmente en Catalunya. El 45% de los consultados se muestra a favor, pero el 48% se expresa en contra. Los que en mayor medida se pronuncian a favor de la prueba son los votantes de ERC y CiU, mientras que los electores del PSC, ICV e incluso el Partido Popular –a pesar de tratarse de una medida idéntica a la que propuso Rajoy para el ámbito español en la campaña de las elecciones del 2008– son quienes más se oponen al examen.

Finalmente, y en el caso de que en las próximas elecciones autonómicas se presentara una candidatura de rasgos xenófobos y con un programa contra la igualdad de derechos de los inmigrantes, un 43% de los catalanes teme que pudiera lograr representación en el Parlament, frente a un 50% que no lo ve factible. Eso sí: la propensión a votar a una candidatura de este tipo es muy baja entre los catalanes, y sólo un 2% de los entrevistados admite que es muy probable que la votara si llegase a presentarse, mientras que el 73% afirma que nunca lo haría.

La variable que más influye en estas actitudes es la ideología. Sólo un 6% de los catalanes que se confiesan de izquierda afirma que podría votar a una candidatura xenófoba, mientras que entre los que se ubican en posiciones de derecha la tasa de votantes potenciales se eleva al 27%.

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